Desde hace algunos años, el concepto de “transformación digital” ha sido uno de los términos más buscados, al igual que los profesionales que esgrimen conocimientos en este ámbito. El vertiginoso avance digital genera la necesidad de preguntarnos qué debemos hacer para “transformarnos digitalmente”. Hay libros, cursos, podcast y diversas publicaciones que hablan de qué hacer para transitar hacia esta ciudad perdida y codiciada. Algunos hablan de las 10 etapas, otros de los ocho pasos y hace poco vi una publicación que hablaba de cinco pasos. Pareciera que la transformación digital está en liquidación o que cada vez es más fácil lograrlo.
Permítanme terminar con el misterio. No existe una cantidad de pasos definidos para “transformar digitalmente” una empresa o un negocio. La “transformación digital” es una “estrategia”, es decir, es la secuencia de acciones para llegar de una situación actual a una situación futura deseada. Un viaje desde el lugar A al B y como en todo viaje dependerá de cuantos recursos queremos involucrar y en cuanto tiempo queremos lograr el objetivo. No es la misma secuencia de actividades, ni planificación viajar de Santiago a Lima, en avión, en auto o en bicicleta. Ni tampoco toma el mismo tiempo ni los mismos recursos.
Trazar el camino de A hasta B, requiere conocer donde está B, es decir, saber dónde queremos llegar. ¿Queremos digitalizar procesos, queremos automatizar actividades o queremos un modelo de negocio digital? La respuesta a esta pregunta también depende del negocio en el que nos encontremos inmersos, de nuestras capacidades y de la presión competitiva que tengamos de los competidores y del entorno. Además, debemos diseñar un plan en una cancha que está en rápido movimiento, donde cada día hay nuevas tecnologías e innovaciones.
Por lo tanto, no se puede hablar de recetas mágicas con una cantidad de pasos definidos, solo se puede hablar de ámbitos o dimensiones de la transformación digital, que yo resumo en seis dimensiones planteadas en duplas:
En mi caso, le doy el número 1 a la dimensión de las personas y la cultura, porque creo en la inagotable capacidad de movilización que tienen. Tal como decía el autor de El Principito: “Si quieres construir un barco, no empieces por buscar madera, cortar tablas o distribuir el trabajo. Evoca primero en los hombres y mujeres el anhelo del mar libre y ancho”.
En este viaje denominado transformación digital, cada paso que damos o puerta que cruzamos nos muestra “universos” que no fuimos capaces de imaginar al iniciar el viaje. Pensar en planificar los detalles, sería como planificar construir una casa en Saturno. Si no sabes qué hay allá, difícilmente podrás planificar correctamente.
En esta travesía llamada transformación digital mis recomendaciones son:
La transformación digital es un viaje cultural, no un destino. Mientras la tecnología siga evolucionando las empresas deben mantenerse ágiles y abiertas a la innovación, para continuar siendo competitivas en un mercado cada vez más complejo y más digital. Leer más