En un escenario climático preocupante para Sudamérica, las naciones de Chile y Argentina enfrentan olas de calor extremas, mientras que Colombia se ve afectada por una serie de incendios forestales. Este fenómeno, que ha captado la atención de la opinión pública y las autoridades, plantea preguntas sobre las causas subyacentes y las posibles consecuencias, incluyendo impactos en la industria de la construcción.
Una intensa ola de calor está afectando al centro-sur de Chile y Argentina, así como a la zona central de Colombia, desencadenando una serie de eventos climáticos preocupantes.
En Santiago de Chile, la termómetro marcó 36,7°C, alcanzando la tercera temperatura más elevada registrada en los últimos 112 años. Esta cifra, junto con otras ciudades de la región, refleja la magnitud del fenómeno climático que está afectando a la población y desafiando los registros históricos.
Adicionalmente, según información otorgada por CONAF existe la presencia de 138 focos activos de incendio, según los últimos informes. De estos, 18 se encuentran bajo observación, 29 están en pleno combate por parte de los equipos de respuesta y 87 han logrado ser controlados. Estas cifras revelan la magnitud del desafío al que se enfrentan las autoridades y los cuerpos de emergencia para contener y extinguir los incendios que amenazan la flora, la fauna y las comunidades locales. La coordinación eficiente entre los servicios de emergencia y la implementación de estrategias preventivas son cruciales en la gestión de esta emergencia, subrayando la necesidad de un enfoque integral para abordar los impactos de los fenómenos climáticos extremos en la región.
En Colombia, la situación se torna aún más crítica, ya que el Gobierno declaró estado de desastre natural debido a los devastadores incendios forestales. Varios municipios colombianos experimentaron temperaturas por encima de la media, siendo Jerusalén (Cundinamarca) una de las más afectadas con 40,4ºC. Sahagún (Córdoba) y la ciudad costera de Santa Marta (Magdalena) no escaparon a este inusual episodio climático, registrando 37,6ºC y 36,9ºC respectivamente.
La capital colombiana, Bogotá, conocida por su clima más fresco, no fue inmune a esta ola de calor sin precedentes. El pasado lunes, la ciudad rompió récords históricos al alcanzar los 25,84°C, una marca que subraya la gravedad y la magnitud de los cambios climáticos en la región.
Ante este escenario, se evidencia la necesidad imperante de abordar la crisis climática en Sudamérica. Los impactos van más allá de las cifras en los termómetros, afectando a comunidades enteras, la seguridad alimentaria y la biodiversidad. En este contexto, la adaptación y la búsqueda de soluciones sostenibles son esenciales para afrontar los retos planteados por un clima cada vez más extremo.
Consecuencias para la Industria de la Construcción: La industria de la construcción se ve directamente impactada por estos eventos climáticos extremos. Las olas de calor generan una mayor demanda de proyectos de construcción relacionados con infraestructuras resistentes al calor, como edificaciones con sistemas de refrigeración eficientes y diseños que mitiguen el impacto del clima extremo.
Por otro lado, los incendios forestales pueden ocasionar escasez de materias primas esenciales para la construcción, como madera y otros recursos naturales y a su vez un proceso de reconstrucción por toda la infraestructura perdida. Esto podría traducirse en aumentos de precios y retrasos en proyectos de construcción, afectando la rentabilidad y la viabilidad de diversas iniciativas. Además se le suma la fatiga en los trabajadores lo cual puede disminuir la productividad de los equipos.