El acero, como material constructivo está presente en prácticamente todas las actividades humanas. Sin acero no podría haber minería, industria alimenticia, energía, transporte ni vivienda, sólo por mencionar algunos de los rubros relevantes de la sociedad y la economía.
Para la construcción de viviendas, el acero es fundamental. Los edificios en su mayoría son de hormigón armado, que requieren barras de refuerzo de acero. Pero es en la vivienda social donde el acero puede marcar una gran diferencia, pues permite una construcción rápida, de calidad y amigable con el medio ambiente al ser un material 100% reciclable.
La aplicación de construcción industrializada, a través de la utilización de sistemas panelizados, permite reducir considerablemente los tiempos de realización, menores costos, mayor eficiencia y seguridad en la obra. Todo esto redunda en una vivienda de calidad, sismo resistente y más eficiente.
Acero y déficit habitacional
El acero tiene reconocidos atributos en materia estructural, lo que, sumado a su fortaleza como material de origen industrial, le permite ofrecer al sector de la construcción productos de comportamiento conocido y homogéneo que contribuyen a materializar soluciones confiables y seguras. Por otra parte, el acero permite la prefabricación de piezas para su posterior montaje, lo que aumenta la productividad en la obra y reduce los costos como el consumo de energía y agua.
La escasez de terrenos para vivienda social obliga construir en superficies reducidas y una buena solución es la construcción industrializada en acero, ya que permite adecuarse de manera flexible a los requerimientos técnicos y de diseño sin aumentar los costos. Se requieren menos operarios, ya que las piezas llegan listas para ser ensambladas en la obra. Esto también reduce los impactos ambientales de ésta, y aumenta la seguridad de los colaboradores, ya que cuentan con espacios más limpios y abiertos para trabajar.
Para seguir mencionando las bondades del acero, no podemos dejar de señalar la resistencia que ofrece a los sismos y, por ser un material reciclable genera un círculo virtuoso al crear una cadena de recolectores que viven del reciclaje, una industria que convierte esta chatarra en acero nuevo que es vuelto a utilizar por la construcción.
Mirando al futuro
La misión del Instituto Chileno del Acero es promover su utilización en la construcción, resguardando la calidad de las obras y el cuidado del medioambiente. Para cumplir con estos objetivos, es que el ICHA y la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile (FAU) conformaron AceroLAB - entidad que promueve y gestiona la Innovación en acero tomando el diseño arquitectónico, constructivo e industrial como motor y piedra angular. Fomentando la colaboración multisectorial público – privada – académica, AceroLAB pone la innovación en beneficio del desarrollo del país, sostenibilidad, productividad y la mejora de la calidad de vida de la sociedad.
Un logro importante de AceroLAB fue el haber ganado el concurso MODhabitar para el desarrollo de viviendas sociales en Antofagasta, que debían cumplir con las características de ser sustentables, aplicar el modelo de construcción industrializada; además de ser replicables, innovadoras y costo-efectiva, que aporte en la mejora del estándar de habitabilidad y confort ambiental de la región.