¿Qué experiencias e innovaciones nos puedes describir respecto a las normas en BIM que se puedan implantar en Latinoamérica?
El Organismo Internacional de Normalización (ISO, por sus siglas en inglés) ha publicado numerosas normas para facilitar a las organizaciones la correcta implantación de BIM en sus procesos. Destaca la serie ISO 19650, que describe buenas prácticas y requisitos para gestionar la información en BIM y que puede aplicarse junto con otros sistemas de gestión ISO habituales. Estas normas buscan la mejora continua y la eficiencia, definiendo qué información concreta se debe trasladar entre los distintos agentes que participan y entre las fases de desarrollo o delivery (ISO 19650-2) y de operación (ISO 19650-3). ISO también ha publicado la Norma ISO 16739-1, que define el formato IFC (Industry Foundation Classes) o las Normas ISO 23386 e ISO 23387 sobre plantillas de datos BIM y diccionarios interconectados.
UNE, como organismo español de normalización, ha adoptado las normas anteriores. El organismo de normalización de cada país de Latinoamérica, como el Instituto Nacional de Normalización (INN) en Chile, el Instituto Argentino de Normalización y Certificación (IRAM) en Argentina o la Associação Brasileira de Normas Técnicas (ABTN) en Brasil, es quien debe evaluar cuales de estas normas internacionales son interesantes para adoptar y el modo de hacerlo, ya que en algunos casos se pueden añadir anexos nacionales explicativos o crear documentos adicionales.
¿Qué es el Smart CE y qué importancia tiene en la industria de la construcción?
El marcado CE es, en Europa, un requisito legal para comercializar productos de construcción. El fabricante debe emitir una declaración de prestaciones en que comunica las características técnicas conforme a normas europeas. Actualmente, esta información se publica en pdf, con las limitaciones que tiene para su posterior procesamiento, al no ser un formato estructurado.
Para superar estas limitaciones, en 2018 se publicó el documento europeo CWA 17316, adoptado en España como Norma UNE 41316. Esta norma incorpora mejoras respecto a la definición del formato y añade una estructura para información adicional no incluida en el marcado CE (por ejemplo, color, información ambiental, enlace a planos, etc.).
Smart CE permite a los fabricantes de productos de construcción entregar la información asociada en un formato legible por software, facilitando la incorporación de esta información a los modelos BIM y herramientas de cálculo.
Al contar con la información en un formato estructurado, es posible comparar los datos con los requisitos reglamentarios o del proyecto, que podría usarse en el control de recepción de obra o de un fabricante que use otro material de construcción como materia prima (por ejemplo, control del cemento y de los áridos por un fabricante de hormigón). Además, es posible almacenar esta información en un libro digital del edificio, que ayudará a los usuarios o gestores en su mantenimiento y deconstrucción.
UNE ha publicado normas particulares para el cemento, la piedra natural, los áridos, o el acero estructural, estando en desarrollo el formato para prefabricados de hormigón.
El Smart CE puede integrase en iniciativas como el pasaporte digital de producto (DPP), incorporando aspectos como el vector/soporte de datos (por ejemplo, un código QR), interoperabilidad, persistencia de los datos, control de accesos o ciberseguridad.
¿Puede la contratación pública apoyar la implantación de BIM en Latinoamérica?
La Administración Pública juega un papel fundamental en la industria de la construcción. Primero, como prescriptor que establece los requisitos obligatorios y, segundo, como principal cliente de activos construidos. Para evitar una súbita aplicación de los requisitos distorsione el mercado, es recomendable comenzar por proceso escalonado.
En esta línea, el Gobierno de España publicó el plan para implantar la metodología BIM en la contratación pública. Un proceso similar están siguiendo varios países de Latinoamérica que, como Chile, cuentan con un Plan BIM y varios documentos de apoyo. Tanto el Plan BIM español como el chileno se apoyan en normas técnicas para su despliegue.
Uno de los modos más eficaces de impulsar la digitalización en la industria de la construcción es, por tanto, usar la contratación pública para incorporar requisitos BIM de forma progresiva, estableciendo los criterios técnicos con base en normas internacionales. Una vez la industria tenga un nivel de madurez suficiente, la Administración puede plantearse establecer requisitos obligatorios.
Las normas técnicas también favorecen los intercambios comerciales y Son una herramienta fundamental para la armonización de mercados y la eliminación de barreras técnicas. Como ejemplo, el informe publicado por UNE: Facilitando el comercio con Latinoamérica. Leer más