América Latina ha logrado muchos avances para llegar a la igualdad de género a lo largo del tiempo, pero aún queda mucho por hacer, en el mercado laboral.
La participación de las mujeres profesionales aumentó, pero aún brechas en los salarios, puestos destinados solo para los hombres y el poco acceso a puestos de liderazgo continúan limitando una igualdad entre mujeres y hombres.
A lo largo del tiempo, en latinoamérica, los hombres se encargaban de proveer al hogar y a la familia, mientras que las mujeres en gran medida se dedicaban a los hijos y tenían pocas posibilidades para estudiar y realizarse profesionalmente.
Sin embargo, en la segunda mitad del siglo XX se produjo un cambio a medida que las mujeres buscaban cada vez más oportunidades de educación y empleo. Los movimientos feministas de las décadas de 1970 y 1980 tuvieron un papel importante en la defensa de los derechos de las mujeres.
A principios del siglo XXI, más mujeres ingresaban a la fuerza laboral. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), aumentó de 44% en 1990 a 53% en 2019.
A pesar de estos avances, existen diferencias en los salarios entre hombres y mujeres. En promedio, las mujeres en América Latina ganan un 17% menos que los hombres por un puesto de trabajo similar.
Existen también puestos específicos para mujeres en algunos sectores, como el trabajo doméstico, la educación y la atención médica, mientras que en la tecnología, la ingeniería y las finanzas los hombres ocupan los puestos laborales.
Otro tema crítico es la insuficiente representación de las mujeres en puestos de liderazgo y toma de decisiones. Las mujeres ocupan sólo el 30% de los puestos directivos en LATAM. Esta falta de representación limita la influencia de las mujeres en el mundo empresarial sino que también hace que esto continúe de la misma manera en el futuro cercano.
Varios países latinoamericanos han implementado medidas legales para promover la igualdad de género en el mercado laboral. Por ejemplo, países como Argentina y México han introducido cuotas de género para juntas directivas corporativas y cargos políticos. Brasil y Chile han promulgado leyes para garantizar igual salario por igual trabajo. Además, las mujeres suelen dedicarse casi al 100% a las labores de casa y de cuidado de los hijos, las cuales no son remuneradas, lo que limita su capacidad para participar plenamente en el mercado laboral.
Existen estrategias clave para revertir esta situación:
Fortalecimiento de las protecciones legales: los gobiernos deben hacer cumplir las leyes sobre igualdad salarial y discriminación para algunos puestos laborales y gerenciales.
Promoción del equilibrio entre la vida laboral y personal: La licencia para padres y las modalidades de trabajo flexible, pueden ayudar a reducir la carga que supone para las mujeres el trabajo en casa.
Capacitación educativa: Alentar a las mujeres a seguir carreras en campos bien remunerados y dominados por hombres ayudará a que ellas ingresen cada vez más a los sectores y a puestos de liderazgo que están dominados por los hombres.
Cambio cultural: Los esfuerzos para cambiar las actitudes y estereotipos culturales a través de campañas de concientización pública e iniciativas educativas son esenciales para un cambio a largo plazo.
Responsabilidad corporativa: las empresas pueden adoptar políticas inclusivas, promover la diversidad en las prácticas de contratación y promoción y crear un entorno de apoyo para las mujeres en el lugar de trabajo.
América Latina ha logrado grandes avances hacia la igualdad de género en el mercado laboral, pero aún queda mucho por hacer. Eliminar la brecha salarial, acabar con la segregación ocupacional y aumentar la representación de las mujeres en puestos gerenciales y jefaturales es importante para lograr un entorno laboral más equitativo. Al implementar políticas integrales y fomentar el cambio cultural, la región puede construir un mercado laboral que realmente valore y se beneficie de las contribuciones de todos sus miembros.