"No estoy listo para renunciar a las cosas humanas. Estoy en desacuerdo con mi felicidad. Estoy en desacuerdo con todo lo que no sea tú", respondió Theodore.
En la película "Her" de Spike Jonze, Theodore Twombly, interpretado por Joaquin Phoenix, es un hombre solitario que se enamora de un sistema operativo de inteligencia artificial (IA), Samantha. Ambientada en un futuro no muy lejano, la película explora la relación entre un humano y una IA altamente personalizada que puede aprender, adaptarse y, lo más importante, conectar a nivel emocional con Theodore. Samantha es mucho más que una herramienta: se convierte en una amiga, una amante y una confidente para Theodore.
Más allá de las reflexiones obvias sobre las relaciones y la humanidad, "Her" ofrece valiosas lecciones para el sector de la construcción. En primer lugar, nos recuerda que la tecnología, y en particular la IA, no es solo una herramienta impersonal para aumentar la eficiencia y reducir los costos. Al igual que Samantha, la IA tiene el potencial de aprender, adaptarse y colaborar con nosotros de formas más personales y productivas.
Imagina un sistema operativo de IA que no solo gestione la logística de un proyecto de construcción, sino que también entienda, se adapte a las particularidades de este y a cada equipo. Al igual que Samantha, podría aprender a anticipar problemas antes de que ocurran, aconsejar sobre las mejores prácticas basadas en experiencias pasadas y proporcionar soluciones innovadoras a los desafíos únicos que enfrenta cada proyecto.
Además, "Her" nos desafía a considerar cómo nuestras construcciones pueden ser más que solo edificios. Si un sistema operativo puede convertirse en una compañera, ¿Podrían nuestros edificios ser más que solo refugios? ¿Podrían aprender de nosotros, adaptarse a nuestras necesidades y, en última instancia, mejorar nuestra calidad de vida? Al igual que Samantha, los edificios del futuro podrían ser diseñados para aprender de sus ocupantes y adaptarse para satisfacer sus necesidades de formas que aún no podemos imaginar.
Por último, la película nos enseña que la tecnología no puede y no debe reemplazar las conexiones humanas. A medida que integramos más tecnología en el sector de la construcción, no debemos olvidar que los edificios son, en última instancia, para las personas. Deben diseñarse y construirse no solo para ser eficientes y duraderos, sino también para ser lugares donde las personas puedan vivir, trabajar y conectarse con otros.
Por lo tanto, al igual que "Her" nos invita a reconsiderar nuestra relación con la tecnología, debemos reconsiderar nuestra relación con los edificios que construimos. No son solo herramientas o refugios, sino colaboradores y hogares. Con la IA como nuestra aliada, podemos construir un futuro en el que los edifi cios no solo se construyen, sino que también aprenden, se adaptan y, en última instancia, mejoran nuestras vidas
Por eso partimos con el párrafo inicial para este artículo, donde Theodore le confiesa a Samantha en un momento de la película: "No estoy listo para renunciar a las cosas humanas. Estoy en desacuerdo con mi felicidad. Estoy en desacuerdo con todo lo que no sea tú". Ya que este diálogo refleja la dependencia emocional que ha desarrollado Theodore hacia Samantha, así como su resistencia a dejar ir lo humano en favor de lo digital, lo cual resume el tema central que queremos destacar: la futura relación y dependencia del sector de la construcción con la IA, y el balance que debemos encontrar con nuestra esencia humana, sin perdernos las oportunidades infinitas que abre la tecnología de la construcción 4.0. Leer más