Hablar de innovación en el segmento de la construcción progresiva de vivienda no es solo hablar de nuevos productos o tecnologías; es hablar de una realidad que viven millones de familias en América Latina que construyen su hogar poco a poco, con esfuerzo, con recursos limitados, y muchas veces con altos niveles de riesgo. Para que la innovación llegue a este segmento —y realmente tenga impacto— se necesita más que una buena idea: se necesita conocimiento del usuario, acceso al mercado y capacidad de articular voluntades. Ahí es donde entramos nosotros.
Desde el Centro Terwilliger de Innovación en Vivienda trabajamos para catalizar soluciones que respondan a las necesidades reales de las familias que construyen sus hogares paso a paso. Nuestro objetivo con las startups es facilitar su camino: conectarlas con redes de distribución, acercarlas al usuario final y reducir el riesgo de probar productos nuevos en un mercado históricamente informal y fragmentado.
En nuestro trabajo con emprendimientos de base tecnológica y social, hemos identificado tres desafíos clave que enfrentan quienes buscan innovar en este segmento:
Conocimiento profundo del segmento: Un gran porcentaje de soluciones fracasa no porque la tecnología sea mala, sino porque no responde a la realidad del usuario. Las familias que construyen progresivamente toman decisiones basadas en confianza, referencias cercanas y posibilidad de pago a plazos. Entender sus motivaciones, aspiraciones y restricciones requiere tiempo en el campo, escucha activa y validaciones iterativas. Pero pocas startups tienen los recursos para hacerlo desde el inicio.
Acceder a canales de distribución o generar demanda organizada: Una cosa es tener un producto innovador, y otra muy distinta es lograr que llegue al usuario correcto. Las ferreterías, los maestros de obra y las redes informales de provisión de materiales son claves para escalar cualquier solución. Sin embargo, muchas veces son espacios cerrados o poco permeables a la innovación, y las startups carecen del músculo para ingresar o activar demanda de forma ágil.
Encontrar aliados dispuestos a apostar por soluciones disruptivas: El sector construcción tiende a ser conservador. Cambiar una práctica constructiva, introducir un nuevo sistema o integrar tecnología implica riesgo. Y el riesgo, cuando no se comparte, se convierte en una barrera. Para que una solución innovadora logre escalar, necesita más que validación técnica: requiere de aliados que estén dispuestos a probar, ajustar y adoptar estas soluciones en condiciones reales. Esto implica involucrar a actores con capacidad de decisión —como constructoras, gremios, municipalidades o redes técnicas locales— que vean en la innovación una oportunidad de mejora, no una amenaza.
Desde nuestro laboratorio, facilitamos estas conexiones y contribuimos a crear las condiciones para que las soluciones innovadoras lleguen a quienes más las necesitan. Parte de nuestro rol es ayudar a reducir las barreras de entrada para que los nuevos productos puedan ser probados con familias reales, en contextos reales. No se trata solo de acercar recursos, sino de promover un entorno donde todos los actores —emprendedores, distribuidores, técnicos, aliados locales— aporten, aprendan y ajusten juntos lo que realmente funciona.
Nuestra meta es clara: que las familias puedan construir su vivienda en menos tiempo, con menos costo y con mejor calidad. Sabemos que ninguna startup puede hacerlo sola, pero también que el sistema no se transforma sin ellas. Cuando una familia logra construir de forma más segura, rápida y eficiente, no solo mejora su calidad de vida: también reduce su vulnerabilidad frente a desastres, mejora su salud y su acceso a servicios, y activa una cadena de valor que dinamiza economías locales. Además, al fomentar prácticas constructivas más sostenibles, estas soluciones pueden reducir el uso ineficiente de materiales y mitigar impactos ambientales.
Por eso, apostamos por un ecosistema donde la innovación no sea la excepción, sino la norma para transformar a la industria de la construcción y transformarlos en mercados mas inclusivos de vivienda. ¿Te animas al cambio?