Participar en el desarrollo de una norma y en mi opinión, la más importante de la industria porque establece un punto de partida en el uso y definición de los términos adecuados para estar en sintonía lingüística, fue un desafío y al mismo tiempo un cúmulo de aprendizaje que recomiendo a todos los profesionales de la construcción participar. Cabe señalar que la participación es voluntaria y totalmente abierta.
Fue mi primera vez, y como historia contada, 21 reuniones en las que participaron representantes de empresas privadas, universidades, entidades gremiales, asesores y cada uno con su respectiva especialidad en arquitectura, ingeniería y construcción. Además de especialistas en materiales como madera, acero, hormigón, etc
Todo comenzó cuando se abre la oportunidad en consulta pública para comentar el anteproyecto de norma con la invitación del INN (Instituto nacional de normalización, División Normas). Mis comentarios fueron variados, desde términos que no estaban incluidos, otros que generaban confusión y algunos que directamente tenían que corregirse. Mi primer paréntesis y recomendación al sistema: incluir en la etapa de anteproyecto a la mayor variedad y cantidad de profesionales para lograr un documento transversal.
Vuelvo, la oportunidad de colocarse la camiseta del sector industrializado con prefabricados fue inevitable, pero se impuso la cordura y participamos con total imparcialidad. ¡En serio! Aunque no me creas
El trabajo
El primer desafío era la metodología de trabajo para explicar cada una de las posiciones, y comencé mostrando ejemplos diarios de cómo desarrollo y participo en proyectos de construcción industrializada con prefabricados en edificación, minería, vialidad, metro, etc. La experiencia buena y mala es la mejor opinión y evidencia. Recuerden, estamos abriendo camino en una norma que se transforma en la punta de lanza de la industria de la construcción, por lo tanto, teníamos que ser creativos en cómo explicar y defender posiciones.
De esta forma me atreví e invité al resto de participantes a que, previo a una explicación técnica definitiva, comentaran cómo viven la industrialización en cada una de sus áreas. Fue sorprendente conocer que todos estaban en sintonía industrializada haciendo cosas muy interesantes, pero cada uno con un lenguaje propio, que, aunque variaba entre áreas, tenía mucho en común. Esto dejó en evidencia que vivimos en un país en constante industrialización y facilitó avanzar.
Beneficios y desarrollo
Gané un grupo de colegas y amigos, siendo muy interesante escuchar a Yasmila del Minvu, Eugenio de Armacero, Francis de Universidad Católica, Sebastián Parada del Centro Nacional de Excelencia para la Industria de la Madera, Sebastián Varas de ingeniería estructural, Marcos Brito de Construye 2025, Juan Carlos Gutierrez del Instituto Chileno del Acero, y muchos más. Cada uno con una visión que sin duda enriqueció a todos, porque salíamos de cada reunión con más conocimiento y experiencia. Nadie se parapetó, bueno hay que admitirlo, solo uno que no está nombrado.
Pero todo no fue fácil, la definición principal de “Construcción industrializada” nos ocupó tres meses de discusión, buscando simplificar y aclarar su correspondencia. Fue Emilio, secretario técnico de cada sesión del INN, que aplicando toda la técnica de protocolos y procedimientos, logró concluir esto positivamente. Hubo caídos en el camino, sí, pero no duden que se buscaba que todos siempre estuvieran considerados.
Ahora, el nuevo desafío que nos exige a todos, es cómo sintonizamos estos nuevos términos en el día a día de la industria. Y lo más importante, cómo se actualizan y consideran estos términos en la OGUC, en las especificaciones técnicas, y en nuestros proyectos, etc. Leer más