Trilogía de Causas
Dentro de la construcción con hormigón, las propiedades del hormigón fresco aportan al avance y calidad de las obras. Es así como en esta oportunidad revisaremos los tres problemas más frecuentes del hormigón fresco, cómo prevenirlos y solucionarlos.
Para comenzar, las fisuras plásticas se presentan en condiciones de alta evaporación de agua, este problema depende directamente de cuatro factores: viento, altas temperaturas ambientes o del hormigón, o baja humedad relativa, cualquier de ellos por sí solo pueden ser el detonador de las fisuras plásticas que aparecen tempranamente en el hormigón, en especial en losas y pavimentos.
Para atacar la causa de la fisura se debe abordar desde el pronóstico de las condiciones, luego desde la medición o verificación de estos parámetros, y finalmente desde la aplicación del control de los factores antes mencionados, la combinación de esfuerzos en esta dirección ayudará a un efectivo combate de esta patología.
Es posible que el constructor pudiera sentirse abrumado por no poder controlar la temperatura ambiente o la humedad relativa, por ejemplo, no podremos controlarlas, pero es posible generar condiciones para colocación que reduzcan los riesgos: horarios adecuados, descarga rápida, sombra o barreras al viento son algunos ejemplos no tan sofisticados, pero efectivos a la hora del control de la fisura plástica y sus causas. Es importante mencionar también que hormigones de resistencias tempranas o mayor dosis de cemento tendrán mayor tendencia a la fisuración y deben redoblar esfuerzos cuando se trabaja con este tipo de mezclas.
El segundo problema más frecuente corresponde a los retrasos de fraguado; pueden darse por exceso de agua o aditivos, pero en general se produce en los cambios de estaciones o épocas frías. La NCh170-2016 indica que una temperatura ambiente bajo los 10°C no permite que el hormigón desarrolle adecuadamente su resistencia; es así como el constructor debe revisar y diferenciar procedimientos de invierno y verano; en especial los tiempos de desmolde y descimbre, o mejor dicho las “resistencias objetivos” que se buscan para determinar los plazos adecuados para estas tareas. En este caso también es recomendable realizar pronósticos y anticipar las condiciones ambientales de exposición de las primeras edades del hormigón; es esperable que, si no tomamos medidas especiales de protección en una noche fría, al día siguiente nuestro hormigón permanezca fresco y retrase el avance de la obra. Se recomienda usar el método de madurez para verificar que hemos alcanzado la resistencia que permitirá una faena segura de desmolde y descimbre.
El moldaje metálico potencia el efecto del tiempo frío, se recomienda revisar medidas de protección, como equipos externos que provean un ambiente adecuado, tal cual como una suerte de incubadora.
Finalmente, el problema del rendimiento. Frecuentemente veo en obra que se alertan diferencias entre lo solicitado y lo recepcionado, la diferencia puede ser real, pero se puede verificar con el ensayo de densidad aparente del hormigón fresco (NCh1564), calculando el rendimiento de la amasada; por su parte NCh170-2016 establece una tolerancia admisible de volumen del hormigón de ± 3%, además, cada componente admite un porcentaje de carga, destacando cemento y agua con ±1%; los valores deben registrarse en el reporte de planta que puede ser solicitado y verificado. Cabe mencionar que la NCh1934 establece que no se debe solicitar la cantidad de hormigón, producto del cálculo geométrico de los elementos ubicados, debiendo considerar una holgura o pérdida por distintos factores explícitamente indicados en dicha Norma.
Con todo, hago un llamado a tener en cuenta estos problemas y sus causas, en todos los casos es posible anticipar la ocurrencia de estos problemas con medidas simples y de bajo costo de implementación. Leer más