En construcción, la mayoría de los problemas no nacen en la obra, sino en la mesa de diseño. En entrevista exclusiva con Alberto Coppelli O., Constructor Civil, advierte que una impermeabilización mal especificada, detalles constructivos ausentes o encuentros mal resueltos son errores que se pagan caro, comprometen la durabilidad y dañan la confianza del cliente.
¿Por qué el diseño es la raíz de la mayoría de los problemas en obras de construcción?
El diseño es la base de todo proyecto, y cuando no se aborda con la rigurosidad necesaria, se convierte en el origen de fallas que luego resultan muy costosas de reparar. En impermeabilización, un diseño incompleto o poco detallado suele traducirse en soluciones improvisadas en obra, incompatibilidad de materiales, ausencia de detalles constructivos o falta de continuidad en las barreras de agua. Estas omisiones se transforman en puntos débiles que comprometen no solo la seguridad y la durabilidad de la edificación, sino también la pérdida de prestigio de los dueños de la edificación.
¿Qué ejemplos concretos muestran cómo un mal diseño puede derivar en filtraciones o fallas de funcionamiento?
Algunos casos recurrentes que vemos en proyectos:
» Encuentros mal resueltos entre diferentes materiales, como hormigón y acero, donde se generan fisuras y filtraciones.
» Diseños de cubiertas planas sin la pendiente adecuada, lo que produce acumulación de agua y daños prematuros en las membranas.
» Falta de especificaciones en elementos críticos, como juntas de dilatación o sellos perimetrales, que luego generan filtraciones en etapas tempranas de uso.
» Ausencia de detalles en planos y cartillas de control, lo que deja a la ejecución sin una guía clara y da pie a interpretaciones que suelen derivar en fallas.
Estos ejemplos muestran cómo un problema de origen en el diseño se traduce en fallas técnicas, sobrecostos y, en muchos casos, deterioro de la confianza de los usuarios finales.
¿Cómo se puede generar mayor conciencia en el sector sobre la importancia de invertir en un diseño correcto desde la etapa inicial?
La clave está en educar y transferir conocimiento. Se debe comunicar que una inversión temprana en un diseño integral no es un gasto adicional, sino una estrategia de ahorro y protección del proyecto a largo plazo. Para generar conciencia, proponemos tres acciones concretas:
» Incorporar la impermeabilización en la etapa de diseño del proyecto, al mismo nivel que otras especialidades críticas.
» Desarrollar documentación técnica completa (planimetrías, especificaciones, detalles y cartillas de control) que respalde al equipo de obra y elimine ambigüedades.
» Promover espacios de formación y diálogo entre arquitectos, proyectistas y gerentes de proyectos, mostrando evidencia del costo postventa versus el costo inicial bien diseñado.
Cuando se comprende que el diseño correcto asegura la trazabilidad, durabilidad y seguridad del proyecto, se transforma en un factor de competitividad para todo el sector de la construcción.