Esta semana he trabajado y pensado en tantas cosas que casi no sé por dónde empezar a hilar mis ideas, hice clases de procesos industriales, de productos forestales no madereros, introducción a gestión de Incendios forestales para estudiantes de distintas carreras de la Universidad, también preparé artículos científicos, revise una memoria, comienzo a armar mis presentaciones para el congreso forestal y programo más y más tareas. De una cosa estoy segura, mi profesión me encanta porque no tiene nada de rutinaria, siempre estoy creando, estudiando y preparando nuevas cosas para hacer.
Hace un par de días, una estudiante muy querida me dijo profe usted es una persona exitosa, mi mente voló a interpretar que es ser exitosa y si, lo soy, más que nada por mi familia, porque estamos bien, pero también por lo que hago, es una gran suerte hacer lo que nos gusta y que te paguen por hacerlo, eso no significa que siempre es miel sobre hojuelas, pero las dificultades son parte de la vida y empiezo a ver eso como parte de un proceso y a entender que yo modifico lo que puedo y no tengo que ahogarme por no alcanzar a hacer más.
Esta reflexión es plenamente aplicable a las ciencias forestales, sector industrial maderero, académicos e investigadores, sector público y privado. Es todo tan variado, las posibilidades de desarrollo son muchas y hay profesionales como yo desempeñándose en tantas tareas, haciendo su mejor esfuerzo por aportar, muchos de ellos genuinamente quieren lo mejor para la restauración de los bosques nativos, su conservación, otros están ocupados en alcanzar niveles de plantación forestal que le den continuidad a la actividad productiva, trabajando desde la industria y digámoslo “golpeando puertas para encontrar la forma”, otros en cargos públicos como CONAF en un proceso de mejoramiento de su gestión que pronto verá cambios concretos.
Mientras desde INFOR, los colegas están ocupados desarrollando investigación para avanzar en muchos temas relevantes. Justamente ahí hay alguien especial a quien he admirado desde siempre, quiero ejemplificar en ella esta versatilidad y capacidad profesional, análisis sagaz y profundo, es Janina Gisling, ingeniera forestal y todo ese equipo que desde INFOR nos hace reflexionar en las cifras del sector, Sin titubear han señalado en diversos informes que Chile requiere resolver el tema del abastecimiento futuro de madera. Cuando publican y analizan la disponibilidad de madera para los próximos 10 a 20 años, ellos no están diciendo esto por temas políticos, lo hacen desde revisiones serias, lo mismo cuando informan cuánta madera aserrada estructural se ha producido y cuánto deberíamos estar produciendo para el sector de la construcción, pero al parecer estos datos los leemos quienes no podemos cambiar el rumbo de las cosas y los que sí pueden, no muestran interés, quisiera saber si les parece bien que las sillas escolares, las puertas, las camas , las casas sean importados y fabricados con materiales contaminantes, no renovables y en dirección contraria y no vinculante a los acuerdos suscritos por el país para los Objetivos de Desarrollo sustentable. Que ganas de dialogar con ellos esta inconsistencia. En torno a las plantaciones, hay colegas que no están de acuerdo con el modelo económico, pues hay quienes se enfocan en los ecosistemas naturales, tienen interés en el recurso hídrico, modelación, incendios forestales, fauna y flora, incluso hay quienes expresan sus posturas en temas de gobernanza y política forestal. No me cabe duda que a todos nos interesa el bienestar del planeta y de sus habitantes. Segura de que sí se puede alcanzar acuerdos y equilibrio para que la actividad productiva sea sostenible y cuidemos los ecosistemas forestales que hay que proteger y restaurar, hay metas de la política forestal que ha establecido las prioridades del país y es momento clave para que se repasen y se pongan en marcha.