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Constructibilidad y gestión de riesgos: claves del éxito en proyectos de gran escala

Escrito por Revista Negocio & Construcción | Oct 17, 2025 7:26:32 PM

La construcción industrializada y la aplicación temprana de la constructibilidad están redefiniendo la manera en que se desarrollan proyectos de gran escala. Más allá de la coordinación de disciplinas y la reducción de plazos, la clave está en anticipar problemas y establecer una cultura organizacional preparada para enfrentar cambios con flexibilidad, explica Jaime Luis Gatica Muñoz, Functional Construction Manager – VPP AMSA.

¿Cuáles son los desafíos más importantes al liderar grandes proyectos de construcción y cómo se pueden superar? 

 Liderar proyectos industriales y mineros de gran envergadura implica enfrentar desafíos que van desde la coordinación multidisciplinaria hasta la gestión de riesgos y cambios en entornos complejos. La magnitud de los contratos EPC y EPCM, la diversidad de disciplinas y la presión por cumplir plazos y presupuestos exigen una estrategia integral. Uno de los mayores retos es anticipar problemas antes de que impacten la ejecución. Aquí la Constructibilidad aplicada desde las etapas tempranas del ciclo de vida del proyecto y acompañando hasta el precomisionamiento se convierte en un factor crítico. Este enfoque permite optimizar diseños, secuencias constructivas y logística, reduciendo retrabajos y asegurando que las decisiones de ingeniería estén alineadas con la realidad de la construcción. Además, la gestión de riesgos debe integrarse con la gestión del cambio como cultura corporativa, fomentando la adaptabilidad frente a imprevistos y asegurando que cada modificación se evalúe en términos de impacto en costo, plazo y seguridad. Finalmente, el liderazgo debe promover una cultura de seguridad bajo la convicción de que cero accidentes es posible, porque la protección de las personas es inseparable de la productividad y la competitividad.

¿Qué ventajas ofrece la construcción industrializada y prefabricada frente a la construcción tradicional in situ? 

La industrialización y la prefabricación son estrategias que transforman la forma de ejecutar proyectos industriales y mineros. Al fabricar componentes en entornos controlados, se logra reducir la ruta crítica y acortar plazos, ya que muchas actividades se desarrollan en paralelo. Este enfoque también mejora la calidad, al trabajar en condiciones estables que minimizan errores y retrabajos. Un beneficio clave es la reducción de la exposición de los trabajadores a riesgos críticos y constantes en terreno, protegiendo su integridad y reforzando la cultura de seguridad. Además, disminuye la dependencia de mano de obra en zonas remotas, optimizando costos y logística.

La integración de modelos 3D para diseño y control permite coordinar disciplinas, detectar interferencias y planificar con precisión. Sumado a esto, la incorporación de robótica e inteligencia artificial agiliza procesos repetitivos, mejora la trazabilidad y eleva la productividad. Sin embargo, para que estas tecnologías generan valor real, es indispensable una capacitación eficiente para profesionales y técnicos, asegurando que comprendan y aprovechen estas herramientas. El resultado es una construcción más segura, eficiente y sostenible, que incrementa la competitividad en un mercado cada vez más exigente.

¿Qué importancia tiene la evaluación de riesgos en la etapa temprana de un proyecto para garantizar el éxito en costos y plazos?    

 La evaluación temprana de riesgos es esencial para garantizar la viabilidad técnica y económica de un proyecto. Identificar riesgos desde la fase conceptual permite definir estrategias de mitigación antes de comprometer inversiones significativas, reduciendo la probabilidad de desviaciones en costos y programas. Este análisis temprano debe complementarse con una gestión del cambio proactiva, que permita adaptarse a nuevas condiciones sin perder el control del proyecto. En proyectos mineros, donde las condiciones son extremas y los márgenes de error mínimos, aplicar metodologías de gestión de riesgos y constructibilidad desde el inicio marca la diferencia entre un proyecto exitoso y uno que compromete la rentabilidad. Anticipar escenarios adversos, preparar planes de contingencia y mantener una cultura organizacional orientada a la flexibilidad no solo protege la inversión, sino que también fortalece la confianza de los stakeholders y asegura la continuidad operacional.