La vivienda social se comenzó a construir masivamente en hormigón armado desde el año 2000 en adelante; antes sólo se hacían con sistemas de albañilería y bloques de hormigón. Este cambio tecnológico trajo consigo la necesidad de utilizar hormigón basado en moldaje y vaciado en sitio, que es una técnica más industrializada y con factibilidad de control de calidad más simple y confiable.
Dos de los principales desafíos que impone a los moldajes la vivienda social construida en hormigón armado, es desde el punto de vista de la calidad de terminación superficial y de la productividad. El primer punto es clave porque al muro no se le da un tratamiento superficial de manera posterior, por lo tanto, se requiere que el moldaje provea una buena calidad de terminación tanto en la superficie de la cara de contacto como en los puntos de unión de paneles. El segundo punto, pero no menos importante; la productividad juega un rol central en este tipo de proyectos que son repetitivos y donde los costos deben ser reducidos.
En Doka contamos con excelentes soluciones para apoyar con éxito a nuestros clientes en este tipo de proyectos. Gran aceptación ha tenido en esta línea nuestro panel gigante 240cm x 270cm, que significa menos accesorios y más productividad: se disminuyen las pasadas de barra, con lo que el trabajo de saneamiento posterior también es menor. Asimismo, existen otros aspectos a destacar que van en la línea de la calidad: nuestro desmoldante OPTIX, que en dosis muy bajas evita las burbujas superficiales al momento del vibrado, asegurando una superficie de concreto con porosidades extremadamente bajas dando un excelente aspecto a los muros. Asimismo, la calidad que diferencia nuestros paneles y placas asegura que los aspectos de juntas entre paneles y alineación no sean un dolor de cabeza para el proyecto.