El mundo atraviesa una triple crisis planetaria: el aumento de la temperatura global, la contaminación y la pérdida de biodiversidad. Estos fenómenos no solo transforman los ecosistemas, también impactan directamente la vida de millones de personas.
Cada año, más de 21,5 millones de personas son desplazadas por desastres naturales, mientras la contaminación del aire provoca más de 8 millones de muertes anuales en el planeta. Frente a este escenario, las ciudades tienen un rol decisivo: aunque ocupan apenas un 3% de la superficie terrestre, generan cerca del 75% de las emisiones de carbono y consumen entre un 60% y 80% de la energía mundial.
En Chile, el sector de la construcción es responsable del 23% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y del 34% de los residuos generados. Por lo mismo, resulta urgente transformar la manera en que diseñamos y gestionamos nuestras edificaciones. La batalla contra el cambio climático, como señala la ONU, se ganará o perderá en las ciudades.
Consciente de esta realidad, Soprema Chile impulsa un enfoque pionero: transformar techos y cubiertas en aliados contra el cambio climático. Estos espacios, que representan entre un 15% y 35% del área urbana y hasta un 50% de la superficie impermeabilizada de las ciudades, tienen un enorme potencial de regeneración ambiental.
La propuesta de cubiertas sostenibles de Soprema integra innovación técnica y compromiso con la sustentabilidad. Se trata de sistemas capaces de gestionar aguas lluvias, reducir temperaturas, promover biodiversidad, captar contaminantes, generar energía limpia y mejorar la calidad de vida urbana.
El impacto de las cubiertas sostenibles se traduce en beneficios concretos:
Soprema Chile demuestra que la innovación en construcción no solo responde a exigencias técnicas, sino que también constituye una herramienta clave frente a la crisis ambiental. La empresa lidera la implementación de cubiertas sostenibles como una solución integral para enfrentar la crisis climática en el país, al tiempo que entrega valor a sus clientes, a las comunidades y al medioambiente.
Con cada proyecto, Soprema confirma que la infraestructura del futuro debe ser regenerativa, capaz de devolver más de lo que consume y de construir ciudades más resilientes, saludables y sostenibles.