El principal desafío es que las entidades que financian proyectos sean sensibles a la mayor valorización en el mercado inmobiliario, menores costos operativos y menor riesgo regulatorio asociado a edificaciones con eficiencia energética destacada, ya que así una buena calidad energética se volverá un atributo consolidado para el mercado inmobiliario, como ocurre en países que son referentes en calidad energética de las edificaciones. Dado que Latinoamérica tiene contextos climáticos, reglamentarios y mercados inmobiliarios heterogéneos, para lograrlo, es necesario identificar los indicadores apropiados para cada país y clima.
En Chile, gracias a que el Ministerio de Hacienda, con apoyo del BID y el la CBI, elaboró una Clasificación o Taxonomía de actividades sostenibles que incluye las edificaciones, se ha acelerado la implementación de tasas preferenciales en créditos para adquisición de viviendas sostenibles. Esta aceleración es un importante paso para que la sustentabilidad de las edificaciones influya en la valorización de los proyectos y se enriquezca toda la cadena de valor.
¿Cómo evalúas el impacto real de las estrategias de confort ambiental en la calidad de vida de los usuarios de un edificio?
Está ampliamente demostrado que la calidad ambiental al interior de las edificaciones tiene incidencia directa en las afecciones de salud, capacidad de concentración, productividad y satisfacción de las personas que las habitan. Esto no solo es relevante para los usuarios de las edificaciones, sino que también para el país en conjunto, ya que al mejorar la calidad térmica de las edificaciones disminuiremos la saturación del sistema de salud y aumentaremos nuestra productividad. Por ello, en nuestro país (Chile) estamos dando un importante paso para lograr edificaciones más saludables y eficientes, menos gasto energético y emisiones, mayor conciencia en el mercado sobre la importancia de la calidad ambiental interior y un impulso a la innovación, con la actualización de la reglamentación térmica y la obligatoriedad de la Calificación Energética de Viviendas (CEV), que inician el último trimestre de 2025.
¿Cómo equilibras la viabilidad económica de un proyecto con la implementación de soluciones sostenibles avanzadas?
En todo proyecto es crucial usar eficientemente los recursos de los que se dispone y ajustar el nivel de sofisticación de las soluciones al contexto. Para los casos que quieren destacar por su sustentabilidad, es muy práctico utilizar sistemas clasificación tales como la CEV en viviendas, que se enfoca en la calidad térmica y eficiencia energética de viviendas o, si se quiere abordar más criterios que tienen que ver con la sustentabilidad en edificaciones u otro tipo de usos, certificación tales como CES, LEED o Minergie, ya que ya que tienen métricas confiables y asesores acreditados con los que definir los objetivos de sustentabilidad apropiados para la realidad financiera y contexto del proyecto.