Hace poco más de ocho años, durante el Foro Económico Mundial del 23 de enero de 2016, Klaus Schwab, su fundador y presidente ejecutivo, pronunció una célebre frase: "En el nuevo mundo, no es el pez más grande el que se come al más chico, sino el rápido el que se come al lento". Esta afirmación resume una tesis similar a la de Darwin: no son las especies más fuertes las que sobreviven, sino las que mejor se adaptan al cambio. Y, como sabemos, "el cambio conlleva asumir riesgos". Esta idea es lo primero que viene a mi mente cuando intento responder a la pregunta que nos ocupa.
Como hemos explorado previamente, la industrialización no es solo un desafío técnico; es, ante todo, un reto de innovación. En este proceso, la integración temprana de equipos, la configuración de los procesos, el talento humano y el uso adecuado de la tecnología juegan roles fundamentales.
Para abordar este desafío, es crucial entender el contexto y las condiciones que deben considerarse al momento de implementar la industrialización. Si bien las grandes empresas tienen acceso a mayores recursos, capacidades técnicas avanzadas y la posibilidad de realizar inversiones sustanciales, las pequeñas empresas también cuentan con la posibilidad de adoptar métodos industrializados, aunque de una manera distinta.
A continuación, enumero algunas estrategias a través de las cuales las pequeñas empresas pueden implementar la industrialización en el sector de la construcción:
En conclusión, el futuro de la construcción industrializada no depende exclusivamente del tamaño de la empresa, sino de su capacidad para adaptarse rápidamente a los cambios y a las nuevas oportunidades que ofrece la tecnología y la colaboración. Las pequeñas empresas tienen ante sí una gran oportunidad para transformar sus procesos, aumentar su competitividad y formar parte de una industria más innovadora y eficiente. En un entorno en el que la rapidez y la flexibilidad son esenciales, el camino hacia la industrialización está al alcance de todos, siempre que se esté dispuesto a asumir los riesgos necesarios para innovar y adaptarse al futuro.