En una vivienda o edificación cero energía, la cantidad total de energía consumida para su operación es igual o menor que la cantidad total de energía generada en el sitio durante un período específico, generalmente un año. Esto requiere que la energía utilizada para calefaccionar y/o refrigerar la vivienda sea muy baja.
Para su diseño, primeramente, se deben considerar aspectos como el clima y la orientación de la edificación. Luego, es vital aplicar los principios básicos de la eficiencia energética, de modo que la energía que se genere para mantener condiciones confortables en el interior se conserve y no se pierda fácilmente.
Estos principios básicos son; (1) Aislación térmica (2) Ventanas de alta calidad (3) Diseño libre de puentes térmicos (4) Hermeticidad al aire (5) Ventilación con recuperación de calor. Esto es clave para disminuir al máximo las pérdidas de energía, permitiendo que mediante energías renovables (usualmente solar fotovoltaica) sea generada la energía necesaria para el funcionamiento de la edificación a lo largo de un año.
A modo de ejemplo, en la figura 1 se puede observar una solución constructiva para un prototipo cero energía en construcción en la ciudad de Temuco. En este caso, se trabajó con un sistema de partes y piezas de terciado estructural que permitió un espesor de 250 mm de un aislante reciclado de poliuretano, logrando una transmitancia térmica de 0.18W/m2K.
Con este nivel de envolvente, más la aplicación de los principios de eficiencia energética, fue posible llegar a un diseño donde los cálculos indican que la energía consumida en el periodo de un año en calefacción, refrigeración, agua caliente sanitaria e iluminación será cubierta por un sistema de generación de energía solar fotovoltaica, el cual ha sido diseñado para generar el doble de este consumo, dejando un excedente para el resto de los consumos eléctricos del prototipo.
Debido a que una edificación cero energía tiene un alto estándar de eficiencia energética, estas cumplen ampliamente con los requerimientos de la regulación nacional dispuestos en la reglamentación térmica. Esto deja en evidencia que si bien la reglamentación térmica chilena ha cumplido un rol importante desde el año 2000, es imperativo materializar su ansiada actualización. Aun considerando las comunas que hoy tienen vigente un plan de descontaminación atmosférica, que mejoran notablemente el comportamiento energético térmico, para llegar a una edificación cero energía, es necesario un comportamiento aún mejor.
Se puede observar que las medidas de estos planes y de la actual propuesta de actualización de la reglamentación térmica que usualmente incorporan medidas como, mayor nivel de aislación térmica, ventanas de doble vidriado hermético (DVH), aislación en sobrecimientos, disminución de infiltraciones de aire y un diseño de ventilación para disminuir los riesgos de condensación van en la dirección correcta, sin embargo se quedan en niveles medios, propios de a lo menos un par de décadas pasadas en países que han sostenido en el tiempo planes de eficiencia energética y que hoy lideran el desarrollo de este tipo de edificaciones.
Nuestro país, tiene compromisos claros hacia la cero energía y carbono neutralidad en la edificación para el año 2050, sin embargo, es muy importante comenzar hoy a explorar los sistemas y estrategias que nos permitirán cumplir con estos compromisos y disfrutar de los beneficios que este tipo de estrategias tiene en lo relativo al menor consumo energético, menor costo de operación, menores impactos ambientales entre otros. Leer más