Ya se cumplen 3 años desde que la pandemia alcanzó nuestro mundo y nuestro entorno. Cuesta recordar cuándo fue el primer caso en el país y como fue la escalada de contagios. Pero sin duda todos recordamos lo difícil que fue adaptarse a los cambios que generó en nuestra organización, en nuestras familias y en nosotros mismos. Te has preguntado alguna vez ¿si la persona que entró a la pandemia fue la misma que salió? o mejor aún ¿en qué cambiaste? Probablemente sea tema de una larga reflexión, pues no solo cambiamos como personas de manera individual, sino que cambió el entorno y la forma en que interactuamos con este.
Cambiaron las oficinas, las dinámicas de trabajo y la forma en que interactuamos con nuestros colegas. Cambió la forma de relacionarnos con proveedores y clientes. Cambió la intensidad en que interactuamos con las aplicaciones y la tecnología. Los formatos de delivery llegaron a niveles impensados y grandes lugares, como restaurantes y tiendas, simplemente desaparecieron. Cambiamos mucho, y no solo eso, seguimos cambiando a una velocidad vertiginosa.
Hoy se habla que estamos en un entorno VUCA (sigla en inglés: Volatility, Uncertainty, Complexity y Ambiguity), que se refiere a la volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad de todos los cambios que estamos viviendo. Surge la duda entonces ¿cómo planificar una estrategia en este ambiente VUCA? ¿en qué enfocarse? o ¿qué capacidades fortalecer? Los líderes de las organizaciones se ven enfrentados a estas y muchas otras preguntas, es su responsabilidad. Por suerte cuentan con el privilegio que conlleva la responsabilidad, poder pensar. No se puede refundar una empresa todos los meses, no se puede comenzar desde cero a diario. Los cambios deben realizarse sobre la marcha. Mantener la operación, esbozar la estrategia, los lineamientos y enfocarse en la esencia: la innovación y el talento. Dar respuesta a una necesidad latente del mercado y de nuestros clientes con creatividad y eficiencia.
Se vuelve tremendamente relevante la capacidad de liderar equipos y de formar equipos. El valor de las organizaciones y de su cultura, que hace que la inteligencia colectiva sea mucho más que la suma de las inteligencias individuales. Si nuestro negocio fuera el fútbol, hablaríamos de armar un buen equipo, con delanteros, defensas y un buen arquero. La esencia de los equipos en las empresas es la misma de siempre:
Contar con un gran equipo es una gran fortuna. No descuide su equipo, poténcielo con los integrantes que faltan, porque recuerda que la forma más fácil de tener una pequeña fortuna es comenzar con una grande. Leer más