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El Banco de España proyecta que América Latina enfrentará una desaceleración económica, llegando a un 1,3% en 2024.

Las proyecciones de la región muestran una disminución este año, debido a la posibilidad de una política restrictiva en Estados Unidos y un deterioro más pronunciado en China.

El fantasma de la desaceleración económica acecha a los países de América Latina en 2024. En su más reciente reporte, el Banco de España advierte de que este año las economías de la región avanzarán a un menor ritmo respecto al año previo, al pasar de un 2% a un 1,3%. El pronóstico a la baja se sustenta, principalmente, en los riesgos externos: una política monetaria más restrictiva en Estados Unidos y una mayor desaceleración de la economía china: “Se estima que una desaceleración transitoria de la actividad económica en China de 1 punto porcentual reduciría en 2024 el nivel del PIB en 0,7% en la región”, detalla el informe sobre la economía latinoamericana. El banco central español advierte, además, de un mayor descalabro económico en Argentina. Sin embargo, a mediano plazo, las perspectivas de crecimiento regional se sitúan en un 2%.

Las perspectivas económicas para América Latina en 2024 plantean un desafío interesante. Según el Banco de España, se espera que el crecimiento de las economías de la región disminuya en comparación con el año anterior, pasando de un 2% a un 1,3%. Esta desaceleración se debe principalmente a los riesgos externos, como una política monetaria más restrictiva en Estados Unidos y una mayor desaceleración de la economía china. El informe destaca que una disminución transitoria de la actividad económica en China de 1 punto porcentual podría reducir el nivel del PIB en un 0,7% en la región en 2024. Además, el Banco de España advierte sobre la posibilidad de un mayor deterioro económico en Argentina. Sin embargo, a mediano plazo, las perspectivas de crecimiento regional se sitúan en un alentador 2%.

El Banco de España menciona que dentro de los países, el principal riesgo para la actividad económica de la región podría ser una disminución más lenta de lo esperado en la inflación debido a posibles políticas monetarias más restrictivas. "Se prevé que los tipos de interés reales mantengan una postura restrictiva en la política monetaria hasta finales de 2024, ya que se espera que los recortes de tipos no sean significativamente mayores que las reducciones previstas en la inflación, especialmente en Colombia y México", explica detalladamente. 

Acompañando la disminución en la escalada de precios, el Banco de España señala que la mayoría de los bancos centrales de América Latina han comenzado un ciclo de relajación monetaria. "En la segunda mitad de 2023, los bancos centrales de Brasil, Chile, Colombia y Perú redujeron sus tasas de interés oficiales. Los mercados financieros anticipan que habrá más reducciones en los próximos trimestres y que el banco central de México se unirá a este ciclo de relajación monetaria en el primer trimestre de 2024", pronostica la institución.

A pesar de que la inflación en los países de América Latina ha disminuido hasta alcanzar un promedio del 5% al cierre de 2023, el Banco de México señala que el aumento en los precios de los alimentos y la energía sigue siendo motivo de preocupación. "Es probable que las perspectivas de estabilización de los precios de las materias primas alimentarias, junto con el aumento o la estabilización más reciente de los precios de la energía, ralenticen el proceso de desinflación en la región", menciona.

El Banco de España resalta el incremento generalizado de la vulnerabilidad de las finanzas públicas, debido a los altos niveles de deuda pública y déficits estructurales. A esto se suman las dinámicas adversas previstas para los pagos de intereses de la deuda, las bajas tasas de crecimiento observadas y esperadas, y las incertidumbres existentes sobre la implementación efectiva de los marcos de reglas fiscales. En el caso específico de Argentina, la institución menciona que los riesgos planteados para este 2024 podrían empeorar debido a una economía más débil y una mayor volatilidad en los mercados. En este país, hay un mayor riesgo de falta de liquidez en las entidades debido a la mayor volatilidad de los depósitos en pesos y una reducción de sus plazos.

Dentro de las posibles fortalezas económicas de América Latina, la región destaca la relocalización de empresas a través del llamado nearshoring y friendshoring, especialmente aquellas que están altamente integradas en las cadenas globales de valor y tienen un fuerte sector manufacturero. El informe detalla que hay un optimismo palpable por esta nueva tendencia industrial, especialmente en países como México, donde la actividad económica continúa en aumento.

Otro aspecto positivo para las economías latinoamericanas radica en la moderación de los conflictos sociales y políticos, luego de un primer semestre de 2023 tumultuoso. "Después de alcanzar niveles máximos en algunos países, como el asalto al Congreso en Brasil, la destitución del presidente Castillo en Perú y la crisis desencadenada en Colombia por la financiación de la campaña presidencial, las tensiones políticas y sociales se han calmado y ahora se sitúan por debajo de los niveles de principios de 2022, con excepción de Argentina y Chile. Este nuevo contexto de menor tensión podría contribuir a un clima más favorable para la aprobación de reformas estructurales que impulsen el crecimiento potencial", concluye.

Las predicciones del Banco de España concuerdan con las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) para este año en la región. Según el informe anual más reciente, el organismo multilateral redujo su pronóstico del Producto Interno Bruto (PIB) regional del 2,3% estimado en octubre del año pasado al 1,9%. Esta revisión a la baja por parte del FMI se debe al difícil momento que atraviesa la economía argentina.