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Análisis de la situación de las obras paralizadas en Perú y propuestas para su reactivación

El problema de las obras paralizadas en Perú es un tema crítico que impacta directamente en el desarrollo del país. Según el último informe, hay 2.648 obras detenidas, con una inversión total que supera los 43 mil millones de soles. Este fenómeno afecta sectores clave como transportes, vivienda, educación y salud, lo que evidencia la urgente necesidad de abordar sus causas y buscar soluciones sostenibles.

  • Causas principales de la paralización

Entre las razones más frecuentes detrás de este problema, destacan:

  • Incumplimientos contractuales: Un 24% de las obras paralizadas enfrenta conflictos con los contratistas, abandono de proyectos o disputas por modificaciones no previstas en los contratos.
  • Falta de liquidez y recursos financieros: Alrededor del 22% de las obras están paralizadas por la incapacidad de las entidades de asegurar los fondos necesarios para su ejecución. Esto afecta principalmente a los gobiernos locales y regionales.
  • Deficiencias en los expedientes técnicos: Muchas obras presentan problemas desde la fase inicial, debido a estudios mal elaborados o incompletos, lo que genera retrasos innecesarios.
  • Discrepancias y arbitrajes: Las disputas legales entre las partes involucradas representan el 12% de los casos, mientras que factores como disponibilidad de terrenos, conflictos sociales y eventos climáticos también contribuyen de forma significativa.
  • Medidas para reactivar las obras en sectores críticos

El gobierno ha establecido varias estrategias para enfrentar esta situación. Una de las principales es la aplicación de la Ley N.º 31589 y el Decreto Legislativo 1584, que priorizan la reactivación de obras con avances físicos significativos (mayores al 40%). Esto busca que los recursos disponibles se enfoquen en proyectos con mayores probabilidades de culminación.

Por otro lado, se está impulsando la reactivación de proyectos esenciales en sectores como transportes, educación y saneamiento. Además, se han planteado modelos innovadores como el programa Reconstrucción con Cambios, que acelera la ejecución mediante procesos más ágiles y asistencia técnica especializada.

  • Prevención de futuros retrasos

Para evitar que nuevas obras entren en un estado de parálisis, es necesario fortalecer las capacidades de planificación y gestión en todas las etapas del ciclo de inversión. Algunas acciones clave incluyen:

  • Mejorar los expedientes técnicos: Es fundamental garantizar que los estudios de factibilidad y diseño sean completos y precisos desde el inicio.
  • Fortalecer la supervisión y el monitoreo: Herramientas como el Sistema Nacional de Información de Obras Públicas (Infobras) permiten un seguimiento más detallado del avance físico y financiero de los proyectos.
  • Capacitación a gobiernos regionales y locales: Muchas de las paralizaciones ocurren en obras gestionadas por estas entidades, lo que resalta la necesidad de mejorar sus habilidades en planificación, resolución de conflictos y administración de contratos.
  • Establecer contratos robustos y flexibles: Diseñar mecanismos que faciliten la resolución de controversias y minimicen los riesgos de abandono.
  • Colaboración público-privada para una gestión más eficiente

La colaboración entre el sector público y privado puede marcar la diferencia en la gestión de recursos y la ejecución de proyectos. Algunas iniciativas prometedoras incluyen:

  • Expansión de Obras por Impuestos (OxI): Este modelo ha demostrado ser eficaz para involucrar al sector privado en la ejecución de proyectos priorizados por el Estado, especialmente en regiones con limitaciones presupuestarias.
  • Asociaciones Público-Privadas (APP): Estas asociaciones permiten compartir riesgos y optimizar recursos, asegurando una mejor calidad y menor tiempo de entrega.
  • Convenios de gobierno a gobierno (G2G): Este esquema ha tenido éxito en proyectos de gran envergadura al facilitar el intercambio de conocimiento y el uso de mejores prácticas internacionales.
  • Transparencia y simplificación de procesos: Reducir la burocracia y garantizar la transparencia en todas las etapas de los proyectos no solo atrae más inversión privada, sino que también genera confianza en la ciudadanía.

Reflexión final

La magnitud del problema requiere un esfuerzo coordinado y sostenido. Reactivar las obras paralizadas no solo implica solucionar problemas financieros y contractuales, sino también repensar cómo se planifican y ejecutan los proyectos en el Perú. Al abordar las causas raíz y fomentar la colaboración entre sectores, podemos avanzar hacia una gestión de proyectos más eficiente, transparente y orientada al beneficio colectivo.