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¿Es BIM otra especialidad más?

Esta pregunta es recurrente y puede poner un manto de confusión al momento de decidir incorporar el trabajo con BIM para el desarrollo de un proyecto. Es muy común incluirlo como un proceso aislado o como una actividad que puede “entrar” en un momento determinado y luego “salir”, una vez se hayan terminado las supuestas tareas asignadas a ese contrato.

Evidentemente, esta situación ocurre por falta de definiciones básicas respecto a la necesidad de utilizar BIM en un proyecto. Esto puede cambiar dependiendo del proyecto, siendo poco probable que se necesite en cada plan todo lo que BIM puede ofrecer. Se debe priorizar qué tiene más sentido hacer, priorizando lo que resuelve problemas concretos, porque los recursos siempre son escasos. Una buena manera, por cierto, no la única, de entender todas las posibilidades que nos brinda BIM es revisar los usos que se muestra en el Estándar BIM para Proyectos Públicos. Estos son al menos 25 métodos de aplicación durante el ciclo de vida de una edificación o infraestructura para alcanzar uno o más objetivos específicos, en sus distintas etapas y con sus respectivas definiciones.

Cuántos de estos usos BIM se adoptarán para un proyecto es algo que el mandante puede definir en base a los presupuestos con que cuenta, a las capacidades de sus proveedores y también a los problemas que quiere resolver con el uso de BIM, entendiendo esto como problemas relacionados a la gestión de información del proyecto. Finalmente, los usos que se determinen deben ser los que añaden más valor, obviamente.

Dentro de los usos BIM más utilizados está el diseño de especialidades, definido como el “proceso de creación de uno o más modelos BIM de las distintas disciplinas de un proyecto.”

Yerko Jeria (1)

¿Qué pasa cuando las disciplinas buscan embarcarse en proyectos en que se utilizará BIM, pero no cuentan con los recursos para hacerlo? 

En esos casos es sabido que recurren a consultores externos que “traducen” sus proyectos desarrollados tradicionalmente y los transforman en modelos BIM. Esto, que podría parecer bastante lógico para salvar la situación, es extremadamente improductivo y riesgoso para el mandante pues la mentada “traducción” es básicamente un re trabajo y en donde pueden ocurrir graves errores de pérdida o interpretación de información al desconectar al responsable de la información con el responsable del modelamiento.

El mercado inexorablemente se ha movilizado fuertemente en el mundo hacia la aplicación de BIM y en el mundo desarrollado hoy en día es difícil concebir un proyecto, ya sea de infraestructura o edificación, que no considere dentro de sus bases el uso de esta metodología. Con esto en marcha, se trata nada más y nada menos de evitar que la información en un proyecto se transforme en una fuente de conflicto y pérdida de valor. 

Los proyectos en que se aborda BIM sólo como otra especialidad, no están cometiendo necesariamente un error, más bien están perdiendo la oportunidad de abordar la gestión de la información del proyecto de forma integral, para reducir ese riesgo de que la información pase de ser beneficio a ser un problema.

¿Y esto cómo se logra? 

Recomiendo en primer lugar reconocer que básicamente los roles o funciones de los distintos actores de un proyecto no cambian porque se implementa BIM en este. Convengamos que siempre ha sido necesario establecer quién hace que, cuando lo hace, cuando lo entrega, a qué nivel de detalle, cuáles son las condiciones para validar que eso se cumpla, etc. Pero no siempre se establece con la claridad necesaria. En ese sentido, es necesario por parte del mandante mantener la responsabilidad de establecer las necesidades de información del proyecto. BIM como metodología, viene a forzar que esas definiciones estén presentes antes de iniciar el desarrollo del proyecto, porque de otra forma el desarrollo corre serias posibilidades de entramparse.

Personalmente he sido testigo de desarrollos de proyecto en donde habiendo recursos para tecnología y mucho ímpetu por “subirse al carro” de BIM, se llega a situaciones de mucho empantanamiento precisamente por la falta de definiciones previas que dejan abierto el espacio a interpretaciones y parcelaciones en la toma de decisiones. Claramente, no basta con escribir “BIM” en alguna parte de los términos de referencia. Leer más