La falta de registro y estadísticas sobre incendios y los daños ocasionados, impide sensibilizar a los distintos actores y enfocarse en el desarrollo estratégico, normativo y legislativo
ANAPCI, en diálogo con N&C destacó que las normas por sí solas no resultan del todo útiles, ya que es necesario un sistema legislativo sólido y táctico que permita cubrir desde el diseño hasta el mantenimiento, que las haga efectivamente exigibles y fiscalizables en toda etapa de un proyecto de construcción.
La Asociación Nacional de la Protección Contra Incendios, nace como una iniciativa de diferentes actores de la industria y se constituye legalmente a inicios del 2019, buscando agrupar a los profesionales y empresas, tanto nacionales como extranjeras que operan en Chile, en el ámbito de la Protección Contra Incendio, con el deseo de impulsar un mejoramiento del marco regulatorio y el profesionalismo del rubro, tomando un rol consultivo a nivel nacional, apoyando activamente a entidades públicas y privadas, con medidas acordadas desde la industria en pro de un país más seguro ante los diversos riesgos que un incendio involucra.
"Somos una asociación joven, cumplimos 4 años en enero, en comparación con otras asociaciones Latinoamericanas del rubro, donde ANAPCI se caracteriza por agrupar asociados en todos los ámbitos de la protección contra incendio, debido a que consideramos que la seguridad contra incendio debe ser vista de una forma holística, y desde esa mirada nuestra asociación puede lograr un mayor impacto, generando instancias para aportar técnicamente con conocimientos y experien- cias", señala Cristóbal Mir, presidente de ANAPCI.
Por su parte, el vicepresidente de ANAPCI, Rodrigo López, señala que la estructura de funcionamiento de la asociación es por medio de un directorio, el cual se elige cada 2 años, y la conformación de diferentes comisiones administrativas, como lo son: Admisión, Ética, Revisora de Cuentas. Pero adicionalmente, en- tendiendo que se requiere de estrategias acorde a las necesidades de las distintas áreas de la protección contra incendio, se conforman Secciones Técnicas, con directivas independientes, en donde los asociados pueden participar activamente en cada una de las cuatro actualmente operativas:
- Control, Supresión y Extinción
- Detección, Alarma y Notificación
- Protección Pasiva (compartimentación y protección estructural)
- Evacuación
Los principales objetivos de las Secciones Técnicas son identificación de brechas y oportunidades de mejora de la normativa y reglamentación local respecto al estado del arte mundial, transferencia al medio de fundamentos técnicos por medio de TecniNotas, desarrollo de guías para el diseño, instalación y mantenimiento de sistemas; las secciones trabajan en forma autónoma por medio de reuniones mensuales y apoyando el desarrollo de Jornadas Técnicas para el público en general.
La asociación ya ha participado en el desarrollo de proyectos de norma a través del Instituto Nacional de Normalización, como lo son las normas NCh3615 y NCh3683 sobre recubrimientos intumescentes para la protección del acero estructural y la NCh3560 “Sistemas de estaciones y conexiones de manguera - requisitos de diseño, instalación, inspección y mantenimiento”. También apoyando al Ministerio de Vivienda y Urbanismo en el desarrollo del “Manual de Diseño para la Seguridad Contra Incendios de las Edificaciones”, entre otros, señala López.
"En ANAPCI ya hemos establecido convenios con diferentes asociaciones nacionales e internacionales, lo mismo con entidades gubernamentales, con quienes se busca establecer líneas de cooperación para lograr aportar en los planes de trabajo a mediano plazo que se encuentran en desarrollo. En este ámbito el mes de enero oficializamos nuestra incorporación a La Red Latinoamericana de Protección Contra Incendios (LATAM PCI), conformada por 20 organizaciones de 12 países, que busca unir esfuerzos de las distintas asociaciones de la región latinoamericana e impulsar la manera correcta de ver la problemática del fuego haciendo de la protección contra incendios un tema relevante desde el punto de vista social, técnico y regulatorio. También patrocinamos la feria de protección contra incendios más importante en Chile, que este año se llevará a cabo en el mes de noviembre, en donde esperamos que sea el punto de reunión de todos los actores de la industria", indica Andrés Santis, director de ANAPCI.
Felipe van Schuerbeck, director de ANAPCI, señala que existe un creciente interés en participar, por parte de empresas y profesionales del rubro, contando con un centenar de asociados activos, quienes reconocen que las oportunidades desarrolladas de forma agrupada son mayores a las disponibles con esfuerzos individuales, permitiéndonos avances de una manera más eficiente y exitosa, además de hacerlos parte de una red de apoyo técnico, en donde todos los asociados contribuimos al crecimiento profesional de cada uno de los miembros.
ANAPCI cumple un rol trascendental al permitir la existencia de una opinión técnica transversal sobre intereses particulares, con enfoque técnico y visión objetiva de país, de crecimiento y de desa- rrollo de oportunidades, siempre poniendo en lo más alto el interés superior de la seguridad de vida, la protección de los bienes y la continuidad operacional de los negocios y de las fuentes laborales de las personas.
¿Qué aspectos son los que se deben actualizar en la normativa actual sobre protección contra incendios? ¿Y cómo se deberían actualizar?
El asunto de necesidad normativa en Chile tiene doble componente: extensión y actualización.
Extensión, por cuanto hay diversas materias no normadas hoy en día, especialmente en relación con el diseño de sistemas (activos y pasivos) para la protección contra incendios. Tampoco hay un estándar asociado estrictamente a la “prevención de incendios”. Existe más cultura e iniciativas hacia la protección y combate, pero muy lejos aún del asunto de la prevención propiamente tal.
Actualización, debido a que existe una familia importante de normas que son de desarrollo local, predominantemente relacionado con comportamiento al fuego de materiales, resistencia al fuego de soluciones constructivas, extintores portátiles y señalización, que han tomado hace 10 o hasta 40 años, base o referencias en normas extranjeras pero que no sea han actualizado al mismo ritmo. Existen aspectos a mejorar, como los de capacidad y nivel de protección de escaleras, incorporación de mayores requisitos para puertas, sistemas de sello para traspasos de instalaciones de servicios y criterios de reacción al fuego para revestimientos.
Las normas por sí solas no resultan del todo útiles, ya que es necesario un sistema legislativo sólido y táctico que permita cubrir desde el diseño hasta el mantenimiento, que las haga efectivamente exigibles y fiscalizables en toda etapa de un proyecto de construcción. En este sentido, resulta saludable el desarrollo de un estándar propio “NCh” y no sólo la adopción directa de normas extranjeras, por que de esta manera existe la oportunidad de que la norma chilena NCh permita eficiencia al combinar el estado del arte técnico con la realidad nacional, al ser desarrollada por Comités Técnicos abiertos, donde se convoca a todos los actores y partes interesadas.
¿Cuál es el daño económico en lo material y también a las personas que se genera en un incendio y cómo se puede comparar con las medidas a atender en etapa de diseño, en uso de materiales, medidas preventivas? ¿Hay estadísticas?
Llama mucho la atención en nuestra realidad local que la gran mayoría de los incendios industriales suelen terminar en una pérdida total del edificio, aunque sin pérdidas humanas. A modo de estadística general, se podría decir que cada mes, al menos una instalación industrial o comercial sufre daño y pérdida total en Chile.
En el caso de edificios residenciales, suele observarse un buen funcionamiento de los sistemas de protección pasiva y del oportuno combate de bomberos, ya que no es común en Chile noticias sobre edificios en los que se haya propagado el incendio completamente, quedando usualmente confinado en un piso o algunos departamentos. Un tema para mejorar es la detección temprana de incendios y la notificación a los ocupantes.
En Chile no existen estadísticas oficiales que nos den cuenta de la periodicidad de los incendios estructurales, habiendo sólo algunos intentos particulares de Bomberos de Chile y algunas otras entidades, siendo ciertamente, una tarea pendiente en Chile, ya que la estadística permite sensibilizar a los distintos actores y enfocar el desarrollo estratégico, normativo y legislativo.
Y respecto a lo anterior ¿Cómo incentivamos a incorporar en etapa temprana la protección contra incendios?
Primero desde la sensibilización, es necesario que la educación sobre el fuego y los incendios se incorpore sistemáticamente en medios de comunicación, tempranamente en colegios, y formalmente en la educación superior para carreras afines como lo son, por ejemplo, Arquitectura e Ingeniería Civil.
A nivel legislativo es necesario que se desarrolle una mirada estratégica de corto, mediano y largo plazo para generar un desarrollo normativo y legislativo robusto y orquestado en todas las áreas fundamentales de la seguridad contra incendios.
ANAPCI busca ampliar la incorporación temprana de este tipo de estudios en proyectos, dejando atrás la aplicación fragmentada y tardía de requisitos normativos, muchas veces a cargo de diferentes especialidades, permitiendo que la protección contra incendios funcione como una estrategia integral de seguridad.
¿El tipo de material de una vivienda e infraestructura es fundamental en la prevención, y durante su generación, su propagación? ¿Qué materiales o conjunto de materiales han mostrado un mejor desempeño?
Sin duda la correcta selección de materiales en un proyecto permite reducir el riesgo de generación y propagación de un incendio, pero está lejos de eliminarlo, porque la materialidad del contenido resulta mucho más preponderante. Un ejemplo clásico es el de una bodega conformada sólo de materiales incombustibles, pero que en su interior almacena madera o neumáticos, o un edificio residencial completamente de hormigón, pero que en su interior existe mayoritariamente kilogramos de espuma plástica, telas y artefactos plásticos. Sin duda en estos casos, la materialidad del edificio resulta totalmente irrelevante para efectos del riesgo de incendio.
La materialidad de las fachadas de un edificio ha sido tema reciente de gran polémica, ya que han circulado videos mostrando edificios en altura completamente en llamas debido al riesgo de propagación por el exterior por el uso de revestimientos con capas “aislantes” de poliuretano expandido. Sin ir muy lejos, tal cual lo que vimos en Chile cuando las noticias mostraban la escalera en llamas del edificio Enel en Santiago.
El poliuretano es un material ampliamente conocido en el mundo de los incendios, por su letalidad en la generación de humo y gases tóxicos (como gas cianuro) y la facilidad con la que permite la propagación de humo y fuego en un incendio. Con gran tristeza, nuestra historia reciente como región, enseña que este producto ha sido la razón de diversas tragedias y numerosas muertes en discotecas, existiendo alternativas no combustibles, como la lana de vidrio o lana mineral, que pueden permitir iguales o similares beneficios constructivos de aislamiento térmico o acústico, que es para lo que usualmente el poliuretano expandido es utilizado. Leer más