LME Week 2025: De la Sustentabilidad al Riesgo Operacional

En Londres, capital del Reino Unido, el mes pasado se realizó la tradicional London Metal Exchange Week (LME Week) 2025, encuentro anual donde los profesionales del área discuten tendencias y perspectivas. Este año, el foco estuvo en los riesgos que amenazan a la industria, un cambio notable con respecto a años anteriores, donde predominaron los debates ambientales y de sustentabilidad.

Este año el encuentro contó con una de las mayores afluencias de ejecutivos de la década. Los máximos líderes de Codelco, BHP, Anglo American, Glencore y Freeport participaron de manera presencial. El presidente de Codelco, Máximo Pacheco, indicó: “Hoy lo que más preocupa es la continuidad operacional de la industria del cobre mundial”, reflejando la inquietud global por mantener activos envejecidos produciendo en forma segura y estable.

Durante las presentaciones, Richard Holtum, CEO de Trafigura Group, destacó que un noventa por ciento de la demanda de cobre de la próxima década seguirá concentrándose en infraestructura, energía, bienes de consumo y construcción, enfatizando que, tan crítica como la minería, es la capacidad de refinación y fundición para sostener esa demanda.

En este escenario de demanda sostenida, el precio del cobre se ha mantenido sobre los cuatro dólares la libra durante todo el año. Analistas de JP Morgan y Citi señalaron que los fundamentos del mercado siguen siendo sólidos, que la presión al alza persistirá mientras la oferta continúe restringida y los inventarios se mantengan en mínimos históricos, condición que vuelve al mercado extremadamente sensible a cualquier interrupción.

Tal como indica el Centro de Estudios del Cobre y la Minería (CESCO), tanto los inventarios de la LME como de la Shanghái Futures Exchange (SHFE) permanecen en niveles históricamente bajos. Esto amplifica cualquier interrupción, desde eventos climáticos hasta fallas estructurales o accidentes mayores dentro de las faenas, elevando el riesgo para un mercado que ya opera con márgenes estrechos.

A pesar de este escenario tenso, el consenso de la LME Week fue optimista: el cobre seguirá siendo un mineral estratégico en la próxima década. Informes de Wood Mackenzie y BloombergNEF reiteraron que no existe transición energética sin cobre y que los sistemas eléctricos globales dependerán aún más del metal para su expansión, digitalización y modernización.

Pero no todo es optimismo. Según el informe Mining for Talent de la OCDE, el talón de Aquiles de la industria es la escasez de talento especializado. Siete de cada diez ejecutivos consultados reconocen que sus metas productivas ya están siendo afectadas por la falta de profesionales, fenómeno que presiona tanto la productividad como la seguridad de las operaciones. La caída sostenida en matrículas de carreras de ingeniería, junto con el envejecimiento de la fuerza laboral, agrava la tendencia.

Este déficit de especialistas, sumado a la necesidad de mantener plantas con décadas de operación sin interrupciones, configura un escenario complejo. La industria deberá revisar cómo desarrolla competencias críticas, cómo acelera la formación técnica y cómo consolida equipos capaces de operar en contextos de alta exigencia, automatización creciente y riesgo operativo.

Con un mercado ajustado, escasez de talento y una presión creciente por sostener la continuidad operacional, este es un momento decisivo para la industria. Las compañías deberán repensar cómo retienen a sus especialistas y cómo preparan a sus equipos para un futuro más exigente. El verdadero diferencial estará en quienes actúen hoy para estar preparados mañana: las mineras que inviertan en confiabilidad, competencias y mantenimiento serán las que liderarán la próxima década.