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Carbono-Neutralidad: ¿meta o ilusión?

Para combatir el cambio climático antropogénico se debe llegar a la carbono-neutralidad, y posiblemente a la carbono-negatividad (absorción neta de CO2) según nos enseña la ciencia recolectada en las recomendaciones del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, por sus siglas en inglés). En marzo de este año el IPCC, en el informe de síntesis que pone fin al Sexto Ciclo de Evaluación sobre el cambio climático, volvió a confirmar que el calentamiento global va camino de alcanzar el 1,5ºC en el periodo 2030-2035 si no actuamos de manera rápida, con lo que estaríamos superando el objetivo del Acuerdo de París (COP21, 2015) con muchos años de antelación, y subrayaba la urgencia extrema de actuar para garantizar un "futuro vivible" para la humanidad.

Por ello, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) adoptó una resolución que puede modificar el statu quo actual, al pedir un dictamen de la justicia internacional sobre las obligaciones de los Estados en materia de lucha contra el cambio climático. En efecto, aunque, la resolución subraya la importancia de otros textos internacionales, como la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que generan obligaciones jurídicas a los Estados firmantes, los compromisos nacionales de los Estados para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), en el marco del Acuerdo de París no son vinculantes. La ONU insta a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) a fijar las responsabilidades de los países en la protección del sistema climático "para las generaciones presentes y futuras". Los fallos del CIJ tampoco son vinculantes, pero tienen peso jurídico y moral, y a menudo son tenidos en cuenta por los tribunales nacionales.

En el contexto nacional, la Carbono-Neutralidad al 2050 en Chile pasó de ser una declaración de buena voluntad en el 2019, a ser vinculante y fijada en una ley (Ley Marco de Cambio Climático, Ley N° 21.455, del 2022). Cabe destacar que Chile es parte del selecto grupo de sólo veintisiete países a nivel mundial que han traducido este compromiso a una ley nacional.

Erwin Plett-2

¿Cómo queremos llegar a la carbono-neutralidad? 

Hay dos tipos de medidas contempladas en el Plan de Carbono-Neutralidad: por un lado, la captura de CO2 en bosques incluyendo forestación adicional que serán responsables de neutralizar el 50% de las emisiones al 2050, y por otro lado, varias medidas técnicas, en las cuales destaca la Eficiencia Energética con 18%; el retiro de carbón de la generación eléctrica y aumento del uso de Electricidad Renovable con 11%; la Electromovilidad con 9%; y el Hidrógeno Verde con 12%. Como se ve, es un vasto abanico de acciones que requieren de inversiones (estimaciones van entre USD 30.000 a USD 50.000 millones) que tenemos que estar dispuestos a financiar en estos 30 años para beneficio de las siguientes generaciones. Estas inversiones hay que contrarrestarlas con, por ejemplo: el gasto que tenemos actualmente en importaciones de combustibles fósiles, que el año 2022 llegaron a USD 22.000 millones, divisas que “quemamos” literalmente todos los años.

Para los ciudadanos implicará mejor calidad de vida por la disminución de la polución usando combustibles limpios, y por el mejor confort en sus viviendas si mejoramos la aislación térmica. Las empresas tienen que trabajar en bajar su huella de carbono, que se miden en tres tipos o alcances. 

Emisiones directas (Alcance 1): son aquellas emisiones de GEI que provienen de fuentes que son propiedad o son controladas por la empresa. 

Emisiones indirectas por consumo y distribución de energía (Alcance 2): corresponden a las emisiones de GEI asociadas al consumo de electricidad y/o vapor generado por terceros. 

Otras emisiones indirectas (Alcance 3): son aquellas emisiones de GEI que no son de propiedad ni están controladas por la empresa, como, por ejemplo, transporte de personal, viajes por motivos de trabajo, transporte de insumos, productos, y residuos, entre otros. En la minería las emisiones de Alcance 3 representan entre el 70% al 95% de las emisiones, y el transporte puede llegar al 15% de ellas.

Como la descarbonización del transporte no afecta las operaciones, vemos una real y expedita posibilidad de contribuir a la meta de la carbono-neutralidad, ya que casi un tercio de las emisiones de GEI en el país se atribuyen a ese sector. Con un empuje mancomunado intergeneracional, la carbono-neutralidad es una meta alcanzable. Leer más