Curva S: La brújula visual del Valor Ganado en la construcción

En el mundo de la gestión de proyectos, y particularmente en el sector de la construcción y edificación, tener claridad sobre el desempeño real de una obra es crucial. El método del Valor Ganado (Earned Value Management, EVM) es una metodología ampliamente reconocida para medir el avance y el rendimiento. Pero dentro de sus herramientas más potentes y menos comprendidas está la Curva S: una representación visual que compara de manera clara el avance planificado, el real y los costos incurridos.

¿Qué motivó a incluir la Curva S como foco en esta serie sobre el método del Valor Ganado?
La Curva S es una herramienta fundamental en la gestión de proyectos, en mi caso, en proyectos de construcción y edificación. En especial, porque actualmente vivimos en un contexto donde la eficiencia, el control y la predictibilidad son cada vez más demandados.
Incorporar la Curva S en la serie sobre el método del Valor Ganado (Earned Value Management) responde a la necesidad de ofrecer a los equipos de obra una visión integral y visual del rendimiento del proyecto, permitiéndoles comparar de forma sencilla el progreso planificado frente al real y el coste incurrido.
En mi experiencia, es clave para promover una cultura de medición objetiva y toma de decisiones basada en datos, algo fundamental en proyectos de edificación de viviendas con la gran cantidad de datos que se manejan y actualmente, en la vía en la que estamos de la construcción industrializada, donde los márgenes de error son cada vez más estrechos.

¿Crees que una herramienta visual como la Curva S ayudaría a tomar decisiones más informadas en obra?
Absolutamente. La construcción sigue siendo un entorno donde las decisiones deben tomarse rápido y con información clara. Una herramienta visual como la Curva S facilita que todos los actores involucrados —desde el director de proyecto hasta el responsable a pie de obra— puedan interpretar de manera inmediata la situación del proyecto.
Con la Curva S, no hablamos solo de un seguimiento de avance físico o económico, sino de entender el comportamiento general del proyecto y sobre todo, anticipar posibles desviaciones. Esto es especialmente valioso en proyectos de construcción modular o industrializada, donde cada fase es más interdependiente y el impacto de los retrasos se multiplica, generando un efecto dominó que se debe evitar.

¿Qué beneficios crees que tendría que implementar la Curva S en tus reuniones de seguimiento?
Implementar la Curva S en reuniones de seguimiento tiene múltiples beneficios:
* Favorece una comunicación clara y objetiva entre todos los equipos.
* Permite detectar tempranamente desviaciones de plazo o de coste y definir acciones correctivas inmediatas o preventivas futuras.
* Facilita el alineamiento entre las distintas áreas (técnica, financiera, comercial).
* Mejora la confianza con clientes y stakeholders, al demostrar un control exhaustivo y transparente.
En mi experiencia, su uso también fortalece la cultura de aprendizaje continuo dentro del equipo, ayudando a evitar repetir errores en futuros proyectos.

En tu experiencia, ¿cuál es el error más común al interpretar la Curva S?
El error más común es asumir que la Curva S es una herramienta exclusivamente gráfica y que basta con hacerla o proyectarla; la Curva S debe ser interpretada junto con indicadores complementarios, como el CPI (Cost Performance Index) y el SPI (Schedule Performance Index), para tener una visión real del rendimiento y para la toma de decisiones.
Otro error frecuente es no actualizarla de forma periódica o no considerar cambios relevantes en el alcance o en las condiciones externas (por ejemplo, modificaciones de diseño o interrupciones logísticas). La Curva S debe ser una herramienta viva, que refleje siempre la situación actualizada del proyecto.