Cómo invertir bien y no malgastar mil millones de dólares por culpa de malas políticas públicas
La respuesta a la pregunta del título de esta columna no es tan trivial, si vemos el ejemplo de nuestro país hermano altiplánico que declaró el Litio como una industria nacional estatal con el triste resultado que en los últimos años se ha dilapidado la exorbitante suma de mil millones de dólares, y prácticamente no han producido litio de exportación. Bolivia, el país con los mayores recursos de litio del mundo, exportó 200 toneladas de carbonato de litio equivalente, y Chile, el país con las mayores reservas de litio del mundo, exportó el 2022 unas 200.000 toneladas. Cabe recordar que “reservas” son la fracción de los “recursos” que se pueden explotar económicamente con la tecnología actual.
En Chile con la nueva Política Nacional del Litio se pretende seguir ese modelo estatista en que el Estado se asegura la mayoría de las acciones y los privados hacen las inversiones y corren los riesgos económicos. Se insiste por parte del gobierno actual en crear por ley una empresa nacional del litio, lo que jurídicamente es innecesario, ya que nada impide hoy a Codelco o Enami entrar en este negocio. Como es de esperar, esta posición estatizante ha ocupado los titulares internacionales generando una gran incertidumbre en los inversionistas, y esto afecta colateralmente a otros rubros como las energías renovables, y ahora a la nueva industria del hidrógeno verde que requiere de inversiones sustanciales.
Como desafío país tenemos la oportunidad de entrar en el negocio internacional de las energías limpias, no solo para reemplazar las importaciones de combustibles fósiles (USD 21.958 millones el año 2022) y reducir nuestras emisiones locales, sino que para exportar la energía limpia en beneficio de toda la humanidad. Aquí el gobierno ha declarado que no seguirá el mismo camino estatista como propuso para el litio, y los pasos siguientes concretos se están elaborando en el “Plan de Acción del Hidrógeno Verde 2023-2030” cuyos resultados podremos ver en unos meses más. Hay que recalcar que la Estrategia Nacional del Hidrógeno postula llegar a un volumen de negocio de USD 33.000 millones anuales al año 2050, lo que equivale al volumen actual del cobre. Definitivamente es la mayor oportunidad que tiene Chile de armar una nueva actividad económica sustentable varias veces mayor que la industria forestal, la agroalimentaria, o la salmonicultura. Y no es fácil crear una actividad económica desde cero, ya que actualmente no existe este mercado de hidrógeno renovable a nivel mundial, es decir, se tiene una gran incertidumbre para financiarla en esta etapa temprana. La necesidad urgente de desfosilizar el uso de combustibles en todo el mundo está empujando a la economía del hidrógeno.
Para eso, las ayudas estatales hasta ahora consisten en una subvención al costo de los electrolizadores por USD 50 millones que la Corfo ha puesto a disposición de seis proyectos pioneros de hidrógeno, los cuales requerirán inversiones de unos USD 1.000 millones, y tienen que estar en operación al año 2025 para recibir posteriormente ese pequeño subsidio. Como la reducción de emisiones es un problema global, habrá financiamiento de instituciones globales para empujar esta nueva industria y crear proveedores de hidrógeno verde a nivel mundial.
Es así como Chile ha conseguido ayuda financiera por USD 777 millones de varias instituciones multilaterales (Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo, Banco Alemán de Desarrollo KfW, Banco Europeo de Inversiones, más otras instituciones de la Comunidad Europea) más USD 250 millones que aportará Corfo lo que suma un total de USD 1.027 millones. Con ello se busca apalancar USD 12.500 millones de inversión a través de créditos de segundo piso y garantías públicas para financiar proyectos como: proyectos internacionales para la producción de Hidrógeno Verde en territorio nacional; apoyo a proveedores de la transformación energética de sectores tradicionales; desarrollo de encadenamientos productivos, por ejemplo, en la producción de partes y piezas como electrolizadores que potencialmente puedan ser provistos por empresas locales. Se estima que Corfo tendrá este modelo de subvenciones en operación en el segundo semestre 2024.
Fundamental serán las reglas del juego para que este capital inicial no desaparezca en fundaciones políticas, se exija responsabilidad de los beneficiados de estas licitaciones públicas, y se haga una inteligente fiscalización de estos recursos únicos. Les deseo la mayor de las sabidurías a las autoridades que decidirán el modelo de financiamiento. Leer más