Durante más de una década, la Norma NCh 432 ha sido un referente en la ingeniería estructural en Chile. Sin embargo, los cambios significativos en la normativa internacional, especialmente las actualizaciones del código ASCE 7 en 2016 y 2022, y la disponibilidad de nuevos datos sobre velocidad de viento, impulsaron la actualización de este estándar. En la versión 2025 se introduce un método simplificado que responde tanto a las exigencias técnicas actuales como a la necesidad de prever y mitigar riesgos en un entorno en constante cambio.
¿Cuál fue la motivación principal para actualizar la norma NCh 432 después de más de una década?
La motivación principal fue ajustar la norma a los cambios de la normativa americana a partir del año 2010. Hemos decidido tomar como referencia el código ASCE 7, el cual ha tenido ya dos actualizaciones: el 2016 y el 2022.
Adicionalmente a ello, hubo una cierta resistencia del medio a adoptar de inmediato, debido a que se consideró que los resultados no variaban sensiblemente con respecto a versiones antiguas. De esta manera, en esta versión 2025, se planteó un método simplificado para este tipo de construcciones.
Otra importante razón fue el conjunto de datos de las mediciones de velocidad de viento en distintas estaciones con las cuales no se contaba en el año 2010. Aunque ellas hoy son todavía pocas, se logró construir a través de un cuidadoso estudio, mapas de velocidad de eventos a lo largo del país.
¿Qué implicó desarrollar esta norma bajo el alero del Colegio de Ingenieros y en convenio con el INN?
El poder desarrollar normativas en las áreas de ingeniería en convenio con INN es un avance de gran importancia, dado que existen muchas iniciativas de difícil resolución en estas áreas, debido a que necesitan un impulso y coordinación de importancia que solamente algunas instituciones logran reunificar. En ese sentido INN y también otras instituciones han confiado en el Colegio de Ingenieros para enfrentar esta compleja tarea, considerando la seriedad y calidad de sus planteamientos técnicos.
¿Cómo contribuirá esta nueva norma a la mejora de la calidad y resiliencia de las construcciones en Chile?
En general la normativa chilena en las áreas de ingeniería estructural ofrece una gran confiabilidad, dado que los ingenieros tenemos la constante preocupación de incorporar el conocimiento teórico actual y también la investigación aplicada en la normativa, lo cual ha entregado muy buenos resultados hasta ahora.
Esto, implica que la calidad de las construcciones mejora de manera constante en el país y, además, nos
protege creando un entorno de gran resiliencia, pues ello se consigue, con la prevención. El conjunto normativo, correctamente planteado, es un punto de partida obligado para lograrlo.