Evolución de la tecnología del hormigón es fundamental para competitividad de la industria
El hormigón es el material más consumido en el mundo, después del agua, desde la Antigüedad, siendo utilizado para construir importantes obras y monumentos, que pueden ser vistos hasta los días actuales, como el Panteón, en Roma (Italia), que fue erguido en el año 117. Los beneficios obtenidos por su aplicación, como durabilidad, resistencia, calidad, versatilidad, resiliencia y eficiencia, justifican su selección por constructoras, ingenieros proyectistas y arquitectos.
Desde la civilización romana hasta el siglo XXI, el hormigón pasó por muchas transformaciones, gracias a investigaciones, estudios y experiencias , que han proporcionado el desarrollo de nuevas tecnologías e innovaciones. Con eso, actualmente, tenemos en nuestro mercado un avance consistente de hormigones especiales, que son estratégicos para responder a los diversos retos que deben ser vencidos por la construcción, que involucran mayor productividad, neutralidad de carbono y escasez de mano de obra.
No solamente en lo que se refiere a la tecnología del material, sino también en distintas tipologías, aplicaciones y metodologías constructivas que se amoldan a cada necesidad de la arquitectura e ingeniería estructural.
Según el GCCA (Global Cement and Concrete Association), las emisiones globales totales de CO2 del sector sobrepasan 2,5 Gt. Para finalizar las emisiones, será necesario trabajar diversos aspectos, pero llama la atención la importancia del proyecto y de la construcción y de la producción de hormigón para lograr dicho objetivo. En todos los proyectos globalmente, las reducciones de emisiones de CO2 que pueden ser logradas a través del proyecto y de la construcción están previstas en el 7% y 22% en 2030 y 2050, respectivamente.
La adición de fibras en hormigones de alto rendimiento, por ejemplo, ha evolucionado en las últimas décadas. Las fibras posibilitan la ampliación de la resistencia a la tracción, el mejoramiento de la ductilidad y tenacidad y el control a la fisuración, aumentando la vida útil de la estructura. El Hormigón Reforzado por Fibras (CRF) puede ayudar en el trabajo de instalación de armadura y presenta propiedades estructurales de resistencia a alta compresión, rigidez y durabilidad, especialmente si está asociado a los pretensados. A propósito, el uso del hormigón pretensado ya es un aliado importante, posibilitando mayores vanos en la estructura, reduciendo la sección mecánica de los componentes y en algunos casos como por ejemplo con el empleo de losas alveolares, reduciendo aún más el consumo del material.
Un hecho importante para el uso de CRF en Brasil fue la realización de ensayos en las obras de la Línea 4 del Subte de São Paulo en duelas prefabricadas de hormigón reforzado con fibras, que tuvieron resultados importantes para comprender el comportamiento de las fibras para su aplicación con un buen rendimiento.
Otra tecnología que tuvo beneficios para la construcción fue el hormigón autocompactante (CAA), que empezó a ser más utilizado en la década de 1980 en países como Japón y Estados Unidos y en el continente europeo, y representó un gran avance tecnológico por su estabilidad y fluidez, lo que posibilitó la anticipación de los procesos de cura, mayor durabilidad de formas, más seguridad y rapidez en la ejecución de las obras, optimización de la mano de obra y reducción de costos, eliminando, por ejemplo, necesidades de etapas finales de acabado.
Otra tendencia es la aplicación del hormigón de ultra alto rendimiento (UHPC – Ultra-High Performance Concrete), con resistencia a la compresión mínima de 150 Mpa, elevada ductilidad y resistencia a la tracción (mínima de 8 Mpa). El UHPC puede ser cien veces más durable cuando comparado al hormigón convencional, además de reducir el riesgo de colapso de las estructuras, aún tras el aparecimiento de fisuras, por la gran absorción de energía del material.
Distintos factores estimulan el uso del UHPC en todo el mundo. En Malasia, el puente Batu 6, hecha con el material, logró un vano de 100 m, y obras en el subte de Kuala Lumpur, donde era necesario lograr niveles satisfactorios de resistencia al agua, la microestructura del UHPC, con pocos poros, no permitió la acumulación de microorganismos que generalmente surgen en ambientes húmedos. El material puede ser más económico que el acero, en términos de costo, pues reduce los costos con mantenimiento.
Otro aspecto a ser comentado se refiere a la resiliencia del material que, desde el punto de vista social, considerando el trípode de la sostenibilidad, tiene impacto directo en la seguridad para la vida de las personas, que es la capacidad de tener resistencia suficiente para evacuación en casos de situaciones extremas como las cargas accidentales resultantes de incendio, terremotos y hasta ataques de terroristas. El hormigón y las tecnologías asociadas a él, cuando estén debidamente previstas en proyectos que cumplan con todos los requisitos normativos, como las conexiones de estructuras de hormigón prefabricadas previendo la amortiguación de esfuerzos en caso de sismos y el tiempo de resistencia al fuego en caso de incendios. Puede, inclusive, recuperar la funcionalidad de la estructura tras un evento traumático, protegiendo la condición extrema de colapso. El avance de la tecnología de materiales, proyecto y procesos constructivos, asociados a la normalización es fundamental en ese sentido.
Con todos dichos beneficios, y el avance de pesquisas para que pueda haber reducción del tenor de escoria en el hormigón y la desmaterialización reduciendo el volumen de hormigones utilizado y/o el consumo de hormigón utilizado además de esas posibilidades la captura de carbono, como el hormigón fotocatalítico, el hormigón seguirá siendo un material ampliamente utilizado. De manera más inteligente e industrializada, proporcionando más productividad, agilidad, calidad, seguridad, rendimiento en las obras y también ofertando nuevas oportunidades de generación de empleo y calificación profesional, generando beneficios sociales, económicos y ambientales.