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Hacia una Nueva Cultura Constructiva: La Necesidad de Integrar Soluciones Modulares en Chile

 

  1. ¿Qué opina de la actual oferta de soluciones en construcción modular?

Me gustaría abordar la oferta, no desde el stock disponible, que estimo responde más a la especialidad industrial.

Hoy no está en el ADN de los chilenos en buscar una solución en construcción modular. Eso es lo que me interesa profundizar como arquitecta.

Es muy difícil, a nivel individual o social, que tengamos en mente, como profesionales o clientes, la incorporación de soluciones prefabricadas, modulares o estandarizadas.

No existe un mercado fuerte en ofertas que fácilmente impulsen a averiguar, en una sola intervención, la solución de lo que buscamos. 

Esas soluciones las visualizamos sólo en las ferias de la construcción, que son muy selectivas para los visitantes y distantes en el tiempo. No permiten estar en las retinas el tiempo suficiente para mantenerse hasta que las necesitemos.

¿Cómo no ofrecer, por ejemplo, pequeñas o medianas soluciones en los barrios, plazas o ferias libres, al igual que las antigüedades, frutas o verduras, para que toda la gente lo tenga presente siempre y al momento de requerir?

2 ¿Qué beneficios técnicos y económicos brindan en atender el actual déficit habitacional?

La construcción industrializada va directamente a lo medular de la democracia. Piensa, no sólo en grande, sino que en todas y todos para dar una respuesta de calidad masiva.

Para los profesionales que trabajamos en la construcción, nos permite orientar y nos obliga a trabajar en equipo. Definir la materialidad hasta el traslado, desde el diseño en un proceso continuo. 

Es necesario trabajar con los responsables de las especialidades, ingenieros, constructores, fabricantes y transportistas. Pareciera complejo, sin embargo, es un trabajo que mientras avanza, nada puede quedar en el camino, si se controlan hasta los residuos y el medio ambiente.

Estamos últimamente acostumbrándonos a medir todo o casi todo por lo económico. Esa economía no es sólo en términos monetarios, sumemos el ahorro en tiempo y calidad de lo repetible; certezas que podemos también certificar. Asegurar que lo probado es permanente y podemos recomendar que la unidad, de cualquier tamaño de lo que diseñamos, va a responder a lo que se promueve y difunde.

El habitar en Chile tiene muchas facetas. Depende del territorio, de la capacidad económica de los usuarios, del barrio, del tiempo y el acceso que se tenga a ella. Construir esa diversidad del habitar no siempre es asequible a todos y todas. Históricamente, una gran masa de ciudadanos debe buscar su propia solución. 

Históricamente, el Estado ha construido unas 60. 000 unidades al año, en sus mejores momentos y eso no es suficiente. Tampoco es suficiente el acceso de otros sectores económicos para satisfacer sus necesidades del habitar individual o colectivo.

El Colegio de Arquitectos está trabajando para transformarse en un importante agente de cambio, al prestar un servicio profesional a la ciudadanía, que permita dar una solución habitacional de emergencia, ampliable, hasta transformarse en definitiva.

La construcción modular permite superar ese gran déficit si se adopta como una política social en coordinación con los involucrados. Admite también ir aumentando el tamaño en el tiempo y en las capacidades.

¿Cómo cambiaría el futuro de la dignidad de lo construido, si la industria se comprometa en la calidad de vida de los usuarios?