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Humanos vs IA: porque no todo lo que brilla es oro

Este mes celebro un importante hito. Este 6 de marzo se cumplen 20 años desde que salí de la universidad. Por esos años mi imaginación, a pesar de las películas, no lograba visualizar como sería el mundo 20 años más tarde y hoy, apenas logro imaginar cómo será en 20 más, probablemente interactuando en el metaverso con mi avatar personalizado (y evidentemente mejorado).

Ricardo Flores Marzo 2023

A inicio del 2000, las personas memorizaban los números de teléfono de sus contactos, yo sabía muchos, hoy recuerdo menos de cinco. En esos años llegar a una dirección era una proeza de ingenio y orientación, revisando mapas enanos que venían con las guías de teléfonos, manejando por calles desconocidas con un papel en la mano. En esos tiempos, los trabajos de la universidad tenían requisitos de cantidad mínima de páginas, el desafío era buscar. Hoy, en tiempos de información ilimitada, los trabajos tienen una extensión máxima, el desafío es sintetizar.

Analizar, interpretar, experimentar, concluir y generar acciones adaptadas al entorno se vuelven capacidades esenciales, más aún con los avances en los sistemas de chat basados en modelos de lenguaje por Inteligencia Artificial (IA), como son el ChatGPT y BARD. Son muy sorprendentes, pero no son infalibles, se equivocan y nos puede llevar a errores si no potenciamos nuestras capacidades.

ANALIZAR Y CONCLUIR: Hace años se contaba un chiste de una profesora que pedía a un niño que dibujara un pollo y ella se sorprendía al ver un animal de 6 patas.

Eso era porque el niño sólo había visto los pollos en las bandejas de los supermercados y no conocía cómo eran realmente. Hoy se cuenta lo mismo respecto de la IA. A modo de ejemplo, se dice que le pidieron a una aplicación dibujar un salmón nadando por el río y que ésta dibujó una bandeja de salmón procesado en el agua. Por esto, considerando los desarrollos actuales y los por venir, es fundamental aumentar la capacidad de análisis de información y de resultados con personas con experiencia.

INTERPRETAR CON CRITERIO: Conocido es el caso de los aviones Aliados de la Segunda Guerra Mundial que regresaban de combate con agujeros de bala, los ingenieros mapean los impactos y reforzaban las zonas más golpeadas, hasta que Abraham Ward (un matemático), les dijo que debían interpretar todo al revés, es decir, reforzar las zonas que no tenían impactos, porque esos aviones eran los que no volvían. Este error se conoce como el Sesgo de Supervivencia. Por ello es fundamental saber interpretar con criterio.

EXPERIENCIA PARA ADAPTAR: Aplicar la metodología de libro no es suficiente, hay que saber adaptarla. No cometa el mismo error que cometió HomeDepot al venir a Chile por no entender la cultura ni entender el entorno. El rol de los humanos en la adaptación se vuelve fundamental. Para ello, la experiencia siempre es una gran ayuda, pero esta se debe combinar con la situación actual, sin aferrarse a como era hace 20 años. Voltaire lo decía bien: “Existen unos seres muy raros e inteligentes que son capaces de aprender de la experiencia de los demás”, para el resto solo le queda aprender de su propia experiencia. Se podría inferir, que para la mayoría no hay aprendizajes sin experiencias.

SABER HACER Y ATREVERSE: El renombrado neurocirujano Henry Marsh, lo decía de la siguiente forma en su magistral libro (uno de mis favoritos): “Hacen falta 3 meses para aprender a hacer una operación, tres años para saber cuándo hacerla y 30 años para saber cuándo no hacerla”. También enseña que: "Si entras en el quirófano lleno de dudas, no podrás operar", es decir, no se puede actuar con temor, se requiere convicción en lo que se hace y asumir los costos que conlleva el error. Fito Páez canta en una de sus grandes canciones “Me gusta estar al lado del camino...” pero en temas de estrategia e innovación, mi recomendación es no sentarse mucho rato al lado del camino, hay que entrar al ruedo, experimentar, fallar rápido y aprender barato.

Usen BARD o el ChatGPT o la aplicación de IA que prefieran. Experimenten, jueguen, pregúnteles, póngalos a prueba. Vean la forma de integrarlos en el día a día, equivóquese e inténtelo nuevamente... para que no sean de esos gerentes o profesionales tímidos, que dan la espalda a lo nuevo y que terminaran sin conocer de victorias ni derrotas.

No todo lo que brilla es oro, pero si lo ve brillar, tal vez sea bueno que verifique que no es oro antes de descartar. Leer más