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"IA" m sorry Wilson!!!

"I'm sorry Wilsoooooon! Es una de las escenas más desgarradoras de la película "El Náufrago" cuando Tom Hanks, varado en el océano en una balsa improvisada, pierde a su único amigo, "Wilson", una pelota de voleibol a la que había personificado. "¡Lo siento, Wilson!", grita, mientras la corriente se lleva a su amigo imaginario, la única "compañía" que ha tenido durante años.

Esto nos da una perfecta analogía de lo que puede suceder en la industria de la construcción cuando nos aferramos a los viejos métodos, a pesar de que el futuro avanza rápidamente. Wilson representa el "status quo", la manera tradicional de hacer las cosas en la construcción. Es lo conocido y cómodo, pero también nos impide movernos hacia adelante.

En la película, Hanks finalmente tiene que dejar ir a Wilson para sobrevivir. Lo mismo sucede con nosotros en la construcción. A pesar de que nuestro "Wilson" —las prácticas de construcción tradicionales— puede parecer un amigo y aliado confiable, hay momentos en los que tenemos que aceptar que seguir aferrándonos a él puede impedirnos avanzar hacia una mayor eficiencia y mejora.

Rodrigo Reyes

Más adelante, cuando Wilson es llevado por el mar, Hanks grita con desesperación: "¡Wilson, no puedo! ¡No puedo! ¡Lo siento, Wilson! ¡Wilson, lo siento! ¡Estoy arrepentido! ¡Lo siento, Wilson! ¡Te necesito!" Este diálogo refleja nuestra resistencia y miedo al cambio, incluso cuando sabemos que es para nuestro beneficio. A menudo, este miedo nos impide abordar la "balsa" de la tecnología y explorar nuevas posibilidades.

La "balsa" en nuestra industria es la adopción de la tecnología, específicamente la IA y la Construcción 4.0. Un ejemplo es la IA en la planificación y gestión de la construcción. Los sistemas de IA, que permiten un diseño, planificación y ejecución de proyectos más eficientes. Otro ejemplo es el uso de la IA en la inspección de la construcción, donde los drones y la inteligencia artificial pueden identificar problemas estructurales que podrían pasar desapercibidos para el ojo humano.

Hoy, la industria de la construcción se enfrenta a una encrucijada similar a la del "Náufrago". Podemos aferrarnos a nuestro "Wilson", seguir las prácticas tradicionales y correr el riesgo de quedarnos atrás, o podemos aventurarnos a la incertidumbre del mar de la tecnología.

Por supuesto, este cambio no será fácil. Habrá momentos en los que nos encontraremos gritando "¡Lo siento, Wilson!", pero también habrá momentos de triunfo y de innovación increíble. Así que, aunque pueda doler decir adiós a nuestro "Wilson", recordemos que hacerlo nos permite avanzar hacia un futuro más prometedor en la construcción.

Porque, al final del día, la verdadera salvación está en aceptar la pérdida de lo que antes valorábamos y necesitábamos, como la compañía de Wilson a un náufrago solitario, pero no al punto de aferrarnos a resistir el cambio y abrazar el futuro embarcarnos hacia nuevos horizontes, que en el fondo sabemos que será lo mejor para nosotros y nuestro entorno. Leer más