“La espera”, ¡cómo te odio! Estás en todos lados
Mientras escribo esta columna estoy en una cafetería del aeropuerto de Quito, esperando que mi vuelo salga. Para un viaje de Quito a Santiago que dura aproximadamente 5 o 6 horas me tocó la desgracia de estar más de 24 horas entre la llegada al aeropuerto de Quito, el transbordo en Lima y la salida en Santiago. Es decir, proporcionalmente un 75%-80% del viaje me la pasé esperando. Esto está bastante normalizado y probablemente más de alguna persona que está leyendo está columna ha tenido este tipo de problemas, quizás a una escala peor.
Entonces, la primera pregunta que me hice fue ¿cómo se ha estudiado la espera en el sector de la construcción? Tenemos la “fortuna” que la espera ha sido estudiada profundamente gracias a los investigadores de la filosofía Lean. Cuando se estudia esta, uno de los siete tipos de pérdidas originales descritos por Taichi Ohno fue la espera.
En la construcción, la espera tiene múltiples formas, como, por ejemplo: espera por materiales, espera por instrucciones, espera por aclaraciones, espera por decisiones, esperas por información, espera por permisos, esperas por que se desocupe una máquina, esperas para que llegue la mano de obra, espera por falta de cancha, espera por revisiones, esperas, esperas y más esperas. Todas estas esperas generan un impacto en la productividad y eficiencia de nuestros proyectos, en sus distintas fases podemos identificar el desaprovechamiento de recursos mientras se generan estas esperas. Adicionalmente, las esperas impactan el comportamiento y desempeño organizacional de manera negativa. No es algo nuevo reconocer que cuando nos dicen que tenemos que esperar nuestra actitud cambia, nos afecta emocionalmente, lo que puede generar hostilidades en el ambiente de trabajo y una afectación importante en las interacciones internas y externas de la organización.
Recientemente escribimos con la exalumna Emily Simonsen de la Escuela de Ingeniería Civil de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso un artículo científico sobre las principales actividades que no agregan valor en el sector público en Chile; particularmente en las entidades asociadas al sector de la construcción. En dicho estudio encontramos que la espera es la pérdida más recurrente en los reclamos dirigidos a las Direcciones de Obras Municipales; es decir, demorarse más de lo que indica la reglamentación. Es indignante que ciertas instituciones del sector público tengan normalizado tener tiempos de respuestas superiores a los indicados por la legislación vigente. ¿Desde cuándo tenemos normalizado esto? Y, ¿por qué lo seguimos aceptando?
La segunda pregunta que todo ingeniero se tiene que hacer es: si existe el problema, ¿cómo lo podemos resolver? La filosofía Lean propone un gran número de técnicas, métodos y herramientas que nos permite eliminar o mitigar la pérdida de espera. Algunos ejemplos icónicos en el sector de la construcción son el Last Planner System o Sistema del Último Planificador, Just in Time o Justo a tiempo, el Jidoka, el Choosign By Advantages o Selección por ventajas, el Linguistic Action Perspectiva, Takt Time, entre otros. En mis siguientes columnas, abordaré cómo estas técnicas nos permiten reducir las pérdidas de nuestros proyectos de construcción.
¿Cuál es la espera que más odias en el sector construcción? Leer más