LA INDUSTRIA DEL HORMIGÓN en Chile puede garantizar con una VISIÓN ESTRATÉGICA UN CRECIMIENTO SOSTENIBLE
El hormigón es el material manufacturado más consumido por el hombre debido a, entre otros, su resistencia, durabilidad y versatilidad.
En Chile, debido a nuestra sismicidad, la resiliencia del hormigón es aún más relevante, y si bien no está explícitamente exigida en nuestros códigos, tanto evidencia empírica (el sismo de 8,8° Richter del 2010 generó daño solo a un 0,4% de los edificios altos) como investigación (una reciente publicación científica liderada por académicos del Centro de Innovación del Hormigón UC, CIH UC, y de la Facultad de Ingeniería UC muestra que el desempeño a colapso de edificios de hormigón incluso sobrepasa los estrictos límites exigidos en USA) evidencia el destacado desempeño de nuestras construcciones en hormigón.
Sin embargo, la industria de este material en Chile se ha estancado/contraído. Según la Cámara Chilena de la Construcción, los despachos de hormigón el 2013 llegaron a 9.249.749 m3 y el 2019 (pre pandemia) fueron de 8.718.327 m3. En consecuencia, es importante preguntarse, ¿qué se requiere para que la industria del hormigón en Chile retome su crecimiento? La respuesta es compleja y multivariada, pero hay algunos puntos de consenso.
En primer lugar, la sustentabilidad
El hormigón debe reducir su huella de carbono (solo la producción del cemento es responsable por entre el 6% al 8% de las emisiones globales de CO2) e iniciativas como el uso de materiales cementicios suplementarios (MCSs) y áridos reciclados, entre otros, son claves en temas de sustentabilidad. Sin embargo, se debe abordar la sustentabilidad con un enfoque técnico y de ciclo de vida, ya que si no se conocen adecuadamente las propiedades de los MCSs y los áridos reciclados podríamos estar generando un hormigón con una huella medioambiental baja en su inicio, pero con una alta huella (y costo) en ciclo de vida debido a una menor durabilidad, más reparaciones futuras y/o menor vida útil.
Otro punto a mejorar es la productividad
En Chile la productividad es un 48% de la de EE.UU. Aumentar la industrialización y mejorar la planificación, entre otros, son los principales desafíos según Construye 2025. En este contexto, el uso de prefabricados de hormigón puede aumentar la productividad, ofreciendo ventajas en calidad y reducción de los plazos de ejecución. Adicionalmente, el desarrollo de nuevos sistemas constructivos que permitan aumentar la productividad, y con adecuado desempeño sísmico, tiene mucho espacio aún por desarrollar.
A modo de ejemplo, el auge de la impresión 3D de estructuras de hormigón que ha generado viviendas prototipos a escala real en Europa, USA, y Asia, e incluso ya existen empresas realizando estos proyectos de manera industrial. Lo anterior plantea la necesidad de avanzar en la implementación de esta tecnología en Chile, que a futuro tendrá un impacto fuerte en mejorar la productividad. Sin embargo, esta implementación debe realizarse con los resguardos necesarios dada nuestra sismicidad y el uso de refuerzos complementarios a la impresión y/o refuerzos de fibras incluidos en la matriz de hormigón impresa, se visualizan como promisorias soluciones que deben ser abordadas con investigación, desarrollo e innovación.
Finalmente, está la resiliencia
La resiliencia sísmica es la capacidad de nuestra infraestructura para enfrentar rápida y eficientemente a los impactos derivados de la actividad sísmica. Actualmente, las comunidades exigen más que seguridad estructural, y la resiliencia debe estar orientada a minimizar impactos ambientales, tiempos de inactividad y pérdidas económicas, pero evaluadas en el ciclo de vida. En este aspecto, las construcciones en hormigón en Chile han tenido un destacado desempeño, pero aún hay espacio para mejorar sobre todo en tiempos de inactividad (usualmente por daño no estructural, por sobre el estructural, pero generando grandes impactos económicos y sociales).
En conclusión, para promover el crecimiento sostenible de la industria del hormigón en Chile, es necesario abordar estos desafíos (en sustentabilidad, productividad, y resiliencia, entre otros) con un foco en investigación, desarrollo e innovación, y con un análisis en ciclo de vida. Leer más