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LECCIONES APRENDIDAS QUE LOS PROFESIONALES SENIOR SABEN…Y LOS JUNIORS NO

El apoyo al “talento senior” no implica menospreciar el valor de los profesionales más jóvenes. Realmente lo que busca es resaltar las habilidades y conocimientos que poseen los veteranos. A partir de los 50 o 60 años, se percibe la edad como un obstáculo en lugar de ser considerada como un activo. Los profesionales senior no solo aportan una amplia experiencia laboral, sino también cualidades distintivas derivadas de sus años de trayectoria. Han acumulado conocimientos, habilidades interpersonales y una comprensión profunda de cómo funciona el entorno empresarial a lo largo del tiempo. Estas cualidades los hacen aptos para una variedad de roles, pero también los convierten en valiosos mentores y líderes dentro de las organizaciones.

Los profesionales senior, comprenden que el primer paso hacia cualquier cambio significativo es aceptar la realidad tal como es en el presente. “Lo que es, es”. Esta mentalidad pragmática no implica resignación, sino un enfoque proactivo para modificar lo que puede ser cambiado, utilizando la realidad como punto de partida. Mientras los profesionales juniors se enredan en cómo las cosas deberían ser, los seniors trabajan con lo que es tangible y alcanzable en el momento. 

Una lección dura, pero esencial que los profesionales senior han internalizado es que la vida no siempre es justa. Reconocen que la justicia es un ideal humano, no una garantía universal. Esta comprensión les permite adaptarse ágilmente a los desafíos y contratiempos, enfocándose en crear oportunidades y gestionar la adversidad con resiliencia. 

Los profesionales senior comprenden que la vida laboral es mucho más que una serie de victorias individuales; es una red interconectada de relaciones y colaboraciones que influyen en el éxito a largo plazo. En lugar de competir como si cada victoria fuera definitiva, los seniors priorizan la construcción de relaciones sólidas y el mantenimiento de conexiones tanto dentro como fuera de su campo profesional. Reconocen que la verdadera competencia no radica en aplastar a los demás, sino en trabajar en equipo hacia objetivos comunes, utilizando sus habilidades y experiencia para guiar y motivar a otros. 

A diferencia de la mentalidad de “rápido y furioso” que a menudo caracteriza a los profesionales juniors, los seniors comprenden que la carrera profesional es una maratón, no un sprint. Reconocen la importancia de la constancia, la adaptabilidad y el autocuidado a lo largo del camino. Mantener un equilibrio entre el trabajo y la vida personal, cuidar la salud física y mental, y cultivar relaciones significativas son aspectos que valoran tanto como los logros profesionales. En lugar de buscar el éxito instantáneo, los seniors se enfocan en el desarrollo a largo plazo, entendiendo que las verdaderas victorias se construyen con perseverancia, paciencia y un compromiso constante con la excelencia.

Por último, pero no menos importante, los profesionales senior comprenden que la arrogancia es contraproducente en el entorno laboral. Han aprendido que siempre habrá alguien más talentoso en algún aspecto y que cada error es una oportunidad para aprender y crecer. En lugar de aferrarse a la idea de ser los mejores, valoran la diversidad de perspectivas y están abiertos al aprendizaje continuo. Esta humildad les permite adaptarse rápidamente a los cambios y mantenerse relevantes en un mundo empresarial en constante evolución. Están siempre dispuestos a escuchar nuevas ideas, explorar nuevas técnicas y mejorar constantemente sus habilidades. Su disposición para aprender les permite mantenerse ágiles y competitivos en un mercado laboral en constante cambio, demostrando que la verdadera sabiduría viene no solo de la experiencia, sino también de la voluntad de seguir aprendiendo y creciendo. 

En conclusión, las lecciones que los profesionales senior han adquirido a lo largo de los años no solo son valiosas, sino también esenciales para el éxito sostenible en el mundo empresarial.