Necesitamos un cambio de velocidad en la normativa que se mantiene dos pasos atrás del desarrollo tecnológico
En medio de la llamada 4ta revolución industrial el rubro de la construcción crece y se encuentra llena de desafíos que está abordando constantemente gracias a la capacidad de sus profesionales y de la cultura de la innovación que se está instalando a paso rápido.
La era digital involucra la evolución constante en nuestros procesos y la incorporación de la tecnología como parte de ellos, es así como se presenta el desafío actual para la ingeniería estructural de continuar creciendo e incorporándose en su desarrollo.
En estas últimas décadas la ingeniería estructural ha incorporado como parte de sus desarrollos grandes avances desde el punto de vista tecnológico, en el análisis estructural con la gran cantidad de programas que se han desarrollado y nos han permitido transitar de un análisis estático a un análisis no lineal con resultados bastante confiables o como el desarrollo de documentación y coordinación de proyectos que a través de la modelación 3D y la coordinación BIM nos ha entregado un crecimiento importantísimo para los proyectos y la industria.
Uno de los desafíos presentes corresponde el incorporar la inteligencia artificial (AI) como parte del desarrollo de proyectos, es conocido que empresas de cálculo estructural de gran envergadura como Thornton Tomasetti hace ya al menos un par de décadas comenzaron con el ordenamiento de sus datos de modo de sacarle partido tecnológicamente en el tiempo y que desde el inicio de la AI han generado desarrollos para avanzar en la línea de lograr estructuraciones de acuerdo con su base a sus datos históricos.
En Chile ya existen desarrollos académicos donde a través de redes han evaluado la estructuración de una edificación en base a comparativas respecto a la arquitectura, códigos que permiten evaluar si se están considerando los requerimientos de diseño. De la misma forma hay startup que han desarrollado a través del uso de AI la estructuración y prediseño del proyecto estructural de modo de poder tener estimaciones tempranas de cuantías y evaluar posibles desarrollos.
Todos estos desarrollos requieren de alimentación de datos y desarrollos que tendremos como ingeniería chilena poder abordar y alimentar, textualmente, entregar datos para poder desarrollar el aprendizaje de la AI con nuestro tipo de estructuraciones y diseños, históricamente diferentes al resto de la región. Y aquí surgen nuevas interrogantes, cuáles serán los procesos de validación, la mirada de seguridad de las estructuraciones y diseños…..como he escuchado mucha veces…..como transitamos de esta caja negra a un proyecto seguro.
Es así como se generan preguntas naturales como cuan preparados estamos para estos desarrollos en nuestras empresas, su regulación normativa, la compatibilización de las etapas del desarrollo de proyecto, si contamos o no con la información detallada de las amenazas de la naturaleza que pueden impactar las estructuras, la variabilidad del cambio climático qué capacidad tenemos de proyectarla a través de AI, entre otros.
Así mismo, frente a algunas de las preguntas planteadas se observa la necesidad de entender que hay que realizar un cambio de mirada en la forma en que se generan los proyectos, la AI nos hace transitar hacia dinámicas de trabajo diferentes en los proyectos. Con necesidades interdisciplinarias en que nos obliga a modificar la forma en que trabajamos y enfatizar otras etapas de desarrollo, lo que sin duda nos emplaza a mejorar nuestras competencias de interrelación entre profesionales de modo de lograr el mejor proyecto.
Adicionalmente necesitamos un cambio de velocidad en la normativa que como ya es de conocimiento público esta dos pasos atrás del desarrollo tecnológico, por lo que los cumplimientos normativos no serán suficientes y nos desafía a mirar más allá de lo que tenemos y transformarnos todos en emprendedores, innovadores y formar parte de la mirada que nos saca de nuestra zona de confort constantemente.