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La industria de la construcción se apoya en los laboratorios acreditados para verificar la calidad de materiales que utiliza en los proyectos. Cuando estos son públicos, cuyo mandante es el MOP, contempla la implementación de laboratorios de autocontrol, es decir, una unidad dentro de la empresa constructora para realizar este control.
El modelo considera los laboratorios certificados, que pertenecen al registro oficial del MINVU y que han transitado exitosamente por el proceso que realiza el Instituto Nacional de Normalización (INN). La norma bajo la cual se acreditan los laboratorios es la NCh-ISO IEC 17025:2017 Requisitos generales para la competencia de los laboratorios de ensayo y calibración, considera principalmente aspectos de la gestión, registro de resultados y declaración de procedimientos.
Estas instituciones se certifican demostrando que cumplen estándares y registros de trazabilidad de los ensayos que permiten determinar calidad de componentes, materiales y procesos de construcción considerados en los proyectos, pero no hay que perder de vista que esta certificación se realiza periódicamente, que es un proceso dinámico y que corresponde a una fotografía en el tiempo, es decir se pueden producir desviaciones aun cuando nos encontremos frente a un laboratorio acreditado.
Por lo anterior, es importante mencionar que la sola acreditación no debiera ser por si solo una garantía de un buen proceder; lo primero es establecer qué entendemos por el buen proceder al realizar un ensayo y la respuesta es en parte, realizar el ensayo de acuerdo a la normativa vigente, sin embargo, eventualmente frente a vacíos en la norma, el laboratorio deberá declarar procedimiento estricto y verificable que llene estos vacíos y permita asegurar la no desviación del resultado.
En este sentido el registro del Minvu considera mas de 100 unidades y sedes vigentes en el registro, agrupadas por áreas de ensayos que son: asfalto, hormigón y suelos. Este número considera las distintas sucursales registradas y áreas de ensayos, cerca del 30% de los laboratorios están presentes en la región metropolitana y el 25% son organizaciones vinculadas a universidades, estas últimas han sido un pilar en la institucionalidad del modelo cuando se estableció la importancia de garantizar las obras de construcción.
Con todo, así como un médico puede realizar un mal diagnóstico con un resultado exámenes que ha perdido la cadena de frio y aunque los laboratorios pasan por un proceso estricto de acreditación, son organizaciones que pueden cometer equivocaciones que puede llevar a un diagnóstico equivocado, por ejemplo, indicando refuerzos o demoliciones en una estructura.
En lo que compete al uso del hormigón, se han realizado pruebas paralelas interlaboratorio con resultados dispersos, quiero compartir un ejemplo: la NCh permite vibrar o compactar las probetas de hormigón, el efecto que esta compactación tiene sobre la densidad y la resistencia potencial de las probetas es significativo por lo que no sería necesariamente comparable muestras paralelas con procesos distintos de compactación distintos y ambos aceptados por la norma.
Cual es mi recomendación y reflexión, el proveedor de servicios de laboratorios es como cualquier proveedor, que requiere someterse a evaluaciones periódicas que puedan incluir equipos e infraestructura, capacitación del personal, calibración de equipos y prensas o registro y control de temperaturas de piscinas o cámaras de curado, entre otros. El proceso de toma de muestra y retiro debe estar estandarizado, garantizando las correctas condiciones de curado desde el moldeo hasta la entrega del resultado de las probetas. No basta con “el laboratorio está acreditado”, debemos asegurarnos que el laboratorio sea un verdadero socio estratégico del control de calidad del proyecto, y que tenga implementados los mecanismos de detección de errores y validación de resultados de modo que sus resultados sean inobjetables. Leer más
