Infraestructura modular para minería: eficiencia constructiva con menor huella de carbono

La incorporación de infraestructura modular en la industria minera se está consolidando como una solución estratégica, no solo por su rapidez y eficiencia en su habilitación, sino también por su menor impacto ambiental. En un contexto donde la sostenibilidad ya no es opcional, adoptar sistemas constructivos modulares permite avanzar hacia operaciones más limpias, trazables y circulares.

Uno de los principales aportes de esta tecnología es la reducción significativa de la huella de carbono durante la etapa de construcción. A diferencia de los métodos tradicionales, los módulos se fabrican en ambientes controlados, optimizando el uso de materiales, reduciendo mermas y disminuyendo los desplazamientos logísticos. Esta eficiencia se traduce en una menor generación de residuos y menor consumo energético en obra, lo cual adquiere mayor relevancia aún en faenas ubicadas en zonas remotas o de difícil acceso como típicamente lo son las faenas mineras.

Durante la construcción, este tipo de infraestructura permite reducir significativamente las emisiones. Estudios realizados en Corea del Sur indican que la construcción modular puede recortar las emisiones incorporadas en más de un 36 % respecto a edificios de hormigón armado; otros análisis incluso estiman una reducción de hasta 50 % en CO₂ y residuos.

Durante la operación, la infraestructura modular aporta con soluciones energéticamente más eficientes y de menor carga térmica, lo que mejora la habitabilidad sin comprometer el desempeño. Existen diseños con altos estándares de aislación térmica y opciones de integración con energías renovables (como paneles solares integrados o ventilación pasiva), lo que reduce aún más las emisiones indirectas asociadas al consumo energético (Alcance 2: electricidad).

En cuanto al mantenimiento, la estandarización de componentes permite realizar reparaciones más ágiles, disminuyendo tiempos fuera de servicio y evitando el traslado constante de materiales o personal especializado. Además, los diseños modulares suelen incorporar materiales más duraderos y sistemas de anclaje rápidos, reduciendo la necesidad de intervenciones estructurales mayores a lo largo del tiempo.

Otro aspecto clave es la circularidad. A diferencia de las construcciones convencionales, las unidades modulares pueden ser desensambladas y reubicadas en otros proyectos, alargando su vida útil y evitando demoliciones. Este atributo extiende el valor del activo en su fase residual y permite que las empresas mineras integren principios de economía circular desde el diseño de sus instalaciones temporales o semi-permanentes.

La trazabilidad del ciclo de vida de la infraestructura modular también facilita su incorporación en reportes de sostenibilidad, especialmente cuando se busca certificar la reducción de emisiones en el marco de iniciativas como Science-Based Targets (SBTi) o Copper Mark. De hecho, algunas empresas ya están considerando la modularidad como parte de sus estrategias de descarbonización, no solo por el menor impacto directo, sino por la efectiva posibilidad de cuantificar y reportar dicha mejora de forma transparente.

Mirando al futuro, tecnologías como la impresión 3D con hormigones poliméricos ampliarán la construcción sostenible. Estos materiales permiten fabricar estructuras resistentes, con menos cemento e incluso aprovechando residuos mineros como relaves o escorias. Esto reduce materias primas vírgenes y convierte pasivos ambientales en insumos. Con fabricación automatizada y diseños adaptativos, esta tecnología habilita trazabilidad, menos desperdicio y eficiencia estructural.

Combinadas con modularidad, estas soluciones prometen transformar la forma de construir en general y en espacial en la industria minera, integrando digitalización, circularidad y descarbonización desde el inicio.

En resumen, la infraestructura modular no solo responde a exigencias de eficiencia y rapidez, sino que se posiciona como una herramienta concreta para avanzar hacia una minería con menor huella de carbono.