En asesorías, clases y charlas presento el siguiente caso: Valorizar y cuantificar todos los residuos que se están declarando en etapa temprana. ¿Cómo se hace?
Hormigón. En la partida de hormigón en obra sitio consideras un % de pérdida que ronda entre el 3% y 10%.
Armadura. En todo el proceso de corte, doblado y armado consideras un % de pérdida que ronda entre el 3% y 6%.
Moldaje. Tanto si utilizas moldaje de madera o por pérdida de moldaje industrializado, tienes una pérdida de 5% a 20% en la partida.
Una vez se sensibiliza el % establecido según cada proyecto y empresa, procedemos a valorizar todo el material de la partida. Aquí detenerse en lo siguiente, ahora tenemos que incluir en la valorización no solo el costo directo del material, sino todos los recursos para ejecutar el proceso de cada partida, es decir, la mano de obra, equipos, maquinaria, energía, tiempo, y todo el soporte de supervisión, calidad, etc.
Luego de armado el número tenemos un nuevo dato, una nueva celda con la valorización en etapa temprana de lo que estamos declarando en etapa temprana que vamos a perder en el proyecto. Porque seamos claros, es RESIDUO = PÉRDIDA.
A parte, hay que colocar la celda sobre la GESTIÓN DE RESIDUOS que incluye: MANO DE OBRA, EQUIPAMIENTO, MÁQUINAS PARA LA RECOLECCIÓN, CONTENEDORES, SECTOR DE ACOPIO, CARGA, TRASLADO, DERECHO A BOTADERO Y EL IMPACTO EN CONTAMINACIÓN.
Ahora mira la definición de tu empresa. "impulsamos nuestros proyectos con un claro objetivo, el cuidado del medio ambiente, menor gestión de residuos, etc. etc., etc."
REFLEXIÓN:
La oportunidad de conocer al momento de preparar el presupuesto de construcción, el detalle de m3 de residuos a generar y su valorización es una realidad, pero la industria no utiliza esta información para la toma de decisiones estratégicas. Lo llamativo de esto es que es totalmente viable de obtener. Y más relevante aún es cuando se compara con diferentes escenarios de uso de prefabricados, el número $$$ y volumen de residuos no deja ser importante y todo esto en una envolvente de riesgos de construcción a nivel operativo y de seguridad.
Entonces, ¿por qué al momento de tomar la decisión de cómo construir no se introducen estos dos parámetros? En palabras simples, tenemos un resultado que dice desde el momento CERO, que hay materiales que estamos transformando en residuos y pagando el precio completo por ellos sin siquiera pensar en reciclaje.
En países como Brasil, Chile, Colombia, México y Argentina, las regulaciones y normativas sobre la gestión de residuos sólidos están impulsando un cambio positivo en la industria. Brasil, por ejemplo, cuenta con el Plan Nacional de Residuos Sólidos, que establece directrices para la gestión sostenible de los residuos de construcción. Además, sistemas de certificación ambiental como AQUA-HQE y LEED están ganando terreno, promoviendo la sostenibilidad en la construcción. Estos esfuerzos son una muestra de que América Latina está en el camino correcto para abordar los desafíos ambientales que enfrenta la industria de la construcción.
La planificación temprana, la selección cuidadosa de materiales, la minimización de residuos y la colaboración con proveedores y contratistas son solo algunas de las estrategias que están siendo implementadas con éxito.
El impacto positivo de estas prácticas es evidente: no solo se reduce la cantidad de desechos enviados a vertederos, sino que también se fomenta la reutilización y el reciclaje de materiales, lo que, a su vez, puede generar beneficios económicos. Además, la implementación de prácticas sostenibles en la construcción puede ayudar a mejorar la imagen de las empresas constructoras, alineándolas con las crecientes demandas de sostenibilidad de los consumidores y las comunidades locales.
Lo más llamativo es que cuando presento estos dos parámetros, varios ingenieros y constructores expertos primero señalaron que no era posible, pero los mismos luego dijeron que efectivamente la información está y no la utilizamos adecuadamente.