Carbono neutralidad en Chile: La urgencia de acelerar la implementación de estándares internacionales
Estoy leyendo el Informe de carbono neutralidad y estoy analizando el avance, aunque aún no tengo una visión completa. En primer término, reconocer el trabajo de la comisión por lo que significa para Chile avanzar en esta materia, sobre todo porque buscaron en consenso una mirada país. Al revisar la primera propuesta “Acelerar la implementación del sistema de certificación voluntaria para huella de carbono establecido en el Art. 30 de la Ley 21.455, en línea con estándares internacionales”. De inmediato me llama la atención la palabra “voluntaria” y comienzo a indagar en esto en este y otros documentos, aunque confieso no acceder a datos más detallados, ya que el informe hace alusión al programa que se ha financiado gracias al apoyo internacional de Low Emission Capacity Building (LECB Chile), e Initiative for Climate Action Transparency. Indicando que dicho financiamiento terminó el 2022 y que se considera necesario que continúe focalizando los esfuerzos en pequeñas y medianas empresas, hasta ahora se habría apoyado a unas 2500 empresas y se proyecta llegar a 5000 al 2030, cuando se cuente con nuevos financiamientos. Me inquieta que se continúe en esta senda de voluntarismo con la urgencia que todos sabemos que esto implica, intento entender por qué, aunque no lo logro del todo, es probable que los costos para las pymes vía autofinanciamiento es la traba principal y que por eso sigue siendo “voluntaria”.
Entre las metodologías que suelen aparecer mencionadas para evaluar de la huella de carbono corporativa está la norma internacional ISO 14064 y el Estándar corporativo de contabilidad y reporte (GHG Protocol) desarrollada por el Instituto de Recursos Mundiales (WRI) y el Consejo Mundial Empresarial para el Desarrollo Sustentable (WBCSD) junto con empresas, gobiernos y grupos ambientalistas de todo el mundo, con el fin de construir una nueva generación de programas efectivos y creíbles para abordar el cambio climático. El GHG Protocol es la herramienta internacional más utilizada para el cálculo y comunicación del Inventario de emisiones. Fue la primera iniciativa orientada a la contabilización de emisiones, propuesta por los líderes gubernamentales y empresariales para entender, cuantificar y gestionar las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Ofrece a los países en vías de desarrollo una herramienta de gestión internacionalmente aceptada para contribuir a que sus empresas compitan en un mercado globalizado y a sus gobiernos a tomar decisiones informadas, basadas en el cambio climático. Aunque existe desde el año 2001, fue a partir del año 2006 que la Organización Internacional para la Estandarización (ISO) adoptó el Estándar Corporativo como la base para su Norma ISO 14.064-1: “Specification with Guidance at the Organization Level for Quantification and Reporting of Greenhouse Gas Emissions and Removals.” Este hito destacó el rol del Estándar Corporativo como el Estándar internacional para el conteo y reporte de GEI a nivel corporativo y organizacional. El enfoque de ciclo de vida de un producto o servicio ayuda a evaluar la huella de carbono de productos (bienes y/o servicios), a lo largo de toda la cadena de valor incluyendo, en algunos casos, el uso o consumo de éstos y el término de su vida útil. Lo cual ha tenido un gran impacto y desarrollo en Europa y parte de Asia, donde el etiquetado de productos es una tendencia creciente y que se está extendiendo cada vez más hacia el resto del mundo, cuya importancia radica mayoritariamente en proveer de esta información al mercado de exportación. Explico esto porque en Chile, la tendencia de cumplimiento se observa más en este sector industrial, las pymes que abastecen mercado nacional serían nuevamente las que se estarían quedando atrás. La esperanza para provocar cambios podría estar en la acción 3, de esta propuesta que es “Crear un instrumento CORFO que acelere la implementación del Sistema de Certificación Voluntaria de Gases de Efecto Invernadero. La fecha propuesta para iniciar su implementación es 2025”. Parece obvio, pero previamente hay que capacitar y divulgar la herramienta y sus implicancias en el sector productivo y por supuesto generar datos para poder efectuar los cálculos por cada sector, en especial en la industria de la madera para la construcción, donde usualmente se usa la huella de carbono para diferenciar positivamente esta materialidad respecto a otras.