Tecnología e inversión: claves para una vivienda resiliente frente al cambio climático

Hablar de vivienda en el siglo XXI implica, necesariamente, hablar de cambio climático. La vivienda no es solo el espacio donde las familias construyen su presente y su futuro; también es un actor clave en la crisis climática que enfrentamos. Según Naciones Unidas, se estima que el 37% de los gases de efecto invernadero provienen de lo que ya está construido (emisiones que provienen del uso de edificios ya construidos y emisiones derivadas del diseño, producción y despliegue de materiales como cemento, acero y aluminio, utilizados en la construcción de nuevas edificaciones). Lo que convierte al sector en uno de los más determinantes en la ruta hacia la sostenibilidad. En este escenario, la inversión en tecnología vinculada a la vivienda se presenta no solo como una oportunidad, sino como una urgencia.

Los impactos del cambio climático son cada vez más visibles y extremos: aumento en la temperatura de los océanos, fenómenos meteorológicos intensos, inundaciones, sequías y desastres naturales. Aunque estas consecuencias se sienten en todo el planeta, son las familias más vulnerables del Sur Global quienes las padecen con mayor crudeza. Viviendas frágiles e informales quedan expuestas a derrumbes, filtraciones y pérdidas materiales irreparables, perpetuando un ciclo de pobreza y riesgo que amenaza tanto su seguridad como su salud.

Frente a esta realidad, surge una doble dimensión de oportunidad. Por un lado, la vivienda puede convertirse en una aliada en la mitigación del cambio climático: diseños que optimizan materiales, soluciones de eficiencia energética, tecnologías que permiten la captación y almacenamiento de CO2, o la incorporación de sistemas constructivos más sostenibles. Por otro, puede fortalecer la capacidad de adaptación de las comunidades: techos que resisten vientos extremos, sistemas de drenaje que evitan inundaciones, y construcciones modulares que se ajustan a nuevas condiciones ambientales.

La innovación en este sector, sin embargo, no proviene solamente de las grandes corporaciones, sino de emprendedores que están desarrollando soluciones disruptivas. Startups que producen ladrillos a partir de residuos, tecnologías para mejorar la eficiencia energética en viviendas, o plataformas digitales que acercan asistencia técnica y financiamiento a familias de bajos ingresos. Estas iniciativas demuestran que la creatividad y el compromiso de triple impacto pueden transformar la manera en que construimos y habitamos.

Pero existe un reto fundamental: estos emprendimientos operan en ecosistemas todavía incipientes, con poco acceso a capital y escaso reconocimiento de su potencial en el marco de la inversión climática. El reciente informe del Centro Terwilliger de Innovación en Vivienda, parte de Habitat for Humanity International, sobre sheltertech y climatetech revela que, a pesar del enorme impacto que podría tener la vivienda en la agenda climática, este sector se mantiene subrepresentado en los flujos globales de inversión.

Para cambiar esta situación, es necesario un esfuerzo articulado. Demostrar con evidencia los beneficios económicos y sociales de invertir en vivienda resiliente; visibilizar ejemplos exitosos que ya están mejorando la vida de miles de familias; y, sobre todo, generar conciencia de que cada sol, dólar o peso invertido en innovación en vivienda multiplica su impacto: no solo contribuye a mitigar y adaptarse al cambio climático, sino que también garantiza a millones de familias del Sur Global acceso a un hogar seguro, asequible y digno.

En el Centro Terwilliger de Innovación en Vivienda trabajamos precisamente para articular estos esfuerzos. Nuestra misión es conectar emprendedores, inversionistas, instituciones públicas y privadas, generando un ecosistema capaz de escalar soluciones de vivienda que transformen mercados y reduzcan la vulnerabilidad de las familias. Creemos que el futuro de la vivienda no se define únicamente en metros cuadrados, sino en la capacidad de ofrecer resiliencia, seguridad y sostenibilidad a quienes más lo necesitan.