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EL PROTAGONISMO DEL CONO Y LA PREGUNTA AL PÚBLICO, ¿se puede o no agregar agua al hormigón?

El Cono de Abrams determina la docilidad del hormigón y es por excelencia el indicador que tenemos en obra para establecer, en el fondo, si la cantidad de agua agregada al hormigón es la cantidad considerada en el diseño de la mezcla. Entonces, es este indicador el que se considera para recepcionar el hormigón en obra y por ello es un parámetro útil que permite proyectar la calidad y resistencia final de la mezcla.

En este contexto pueden existir “fuerzas oscuras” que constantemente confabulan para agregarle agua al hormigón indiscriminadamente, de modo de hacer una descarga y colocación más fácil y rápida, pero debemos diferenciar esta conducta de los ajustes permitidos por la norma.

Efectivamente también existen especificaciones que manifiestan expresamente la prohibición de agregarle agua al hormigón en obra; como contraparte, se tiene la relación comercial entre constructora y el suministrador de hormigón que se basa en la comercialización del producto bajo normas chilenas, que sí permiten un ajuste. En estos casos, se genera cierta inconsistencia y confusión principalmente para el personal de obra, de aceptar o no la incorporación de agua al hormigón antes de la descarga y cuánto es lo aceptable

Carmen Muñoz 2023-1

El problema del recurso hídrico 

¿Cuándo es contraproducente agregarle agua al hormigón?, ¿cuánta agua es aceptable?, efectivamente la NCh170- 2016 contempla en su cláusula 9.6 un ajuste de docilidad bajo ciertas condiciones que consideran implícitamente un escenario donde el hormigón tiene un cono menor al especificado, pero se encuentra dentro de las tolerancias normativas; sin embargo, no es posible en la descarga y/o colocación. El ejemplo típico de esta situación es la capacidad de bombeo.

Es deseable que en estas situaciones se haya planteado una instancia de reunión inicial donde confluyen: el suministrador y el ITO, junto a personal de terreno y laboratorio; y acuerden cómo proceder en estos casos, que desafortunadamente son comunes y pueden generar conflictos durante la entrega de hormigón si no se ha abordado debidamente. Se debe recordar que por defecto el suministrador entrega hormigón bajo condiciones normativas (NCh170 y NCh1934), por lo que en su proceso está considerada la posibilidad de realizar ajustes, más no incrementos de cono sobre las tolerancias de aceptación de las mismas normas.

Con esto, resulta fundamental diferenciar entre un incremento del cono y un ajuste del cono. Si retomamos el ejemplo de la capacidad de bombeo, un hormigón es bombeable siempre que tenga: 1. mínimo contenido de finos, (entregado por la parte final de la arena y el cemento), y 2. una docilidad consistente con las distancias o alturas de bombeo; frente a un cono bajo lo especificado y/o solicitado, el ajustar el cono, no irá en desmedro de la resistencia del hormigón considerando hormigones con menos de 2 horas, por supuesto.

El llamado es a cuidar el cono, como ya lo he mencionado antes, este no debiera ser indicado en especificaciones técnicas debido a que este también se establece por condiciones de transporte. En la descarga, debiera instruirse al personal de obra respecto a la implicancia de incrementar el cono por sobre el de diseño de la mezcla y supervisar que efectivamente se cumplan las tolerancias; además si vamos a controlar el cono en obra mediante ensayos, este control se realice bajo los criterios de la NCh1019 de modo los resultados sean efectivamente comparables entre las distintas instancias de control.

Finalmente, no se debe olvidar que el cono es por esencia la forma de verificar que la mezcla tiene la dosis de agua de diseño y que la razón entre agua y cemento debe ser consistente con la resistencia requerida y no debe ser solo “un check” en alguna planilla de control de la obra, si vamos a determinar el cono, esta verificación debe tener sentido y la obra debe direccionar sus esfuerzos para “cuidar el cono” Leer más