Empresas: A evitar presentar una imagen sostenible que resulta falsa en la práctica.
¿Qué son los criterios ESG y cuál es su alcance en los nuevos inversores?
Los criterios ESG hacen referencia a factores ambientales, sociales y de buen gobierno corporativo. De modo muy general, entre otros aspectos, podemos señalar que ESG incluye elementos como reducción de contaminación y protección de la biodiversidad, relaciones con las comunidades donde las empresas operan, iniciativas para promover diversidad e inclusión en las organizaciones y prevención de malas prácticas.
Aún cuando el término se utilizó por primera vez hace casi dos décadas, se estima que se masificó cuando Larry Fink, CEO de la firma de inversión global BlackRock, publicó en 2016 su carta anual a los CEOs de las empresas en que invierte asegurando que “en el largo plazo los factores ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) tienen impacto financiero real y cuantificable”. Entonces, desde su fundamento ESG no se trata de caridad o activismo, sino de la rentabilidad de las compañías en el largo plazo.
A esto se suma que existe bastante evidencia respecto de que las nuevas generaciones de clientes, consumidores y especialmente de inversionistas le dan mayor relevancia a criterios ESG, estando incluso dispuestos a obtener menores utilidades si ello significa que sus inversiones sean más coherentes con dichos objetivos.
¿Las regulaciones en Latinoamérica son conscientes y van de la mano con estos criterios?
Una de las críticas que se le hace al marco ESG es que las regulaciones en Latinoamérica (y me atrevo a decir a nivel global) aún adolecen de cierta falta de consistencia y eficacia, concentrándose casi exclusivamente en normas de reporte o divulgación de información en materias de ESG.
El foco de los reguladores ha estado en evitar lo que se denomina “greenwashing”, que básicamente consiste en un lavado de imagen en materias ESG, es decir, una empresa intenta presentar una imagen sostenible que resulta falsa en la práctica.
Hay mucho que avanzar en estandarización y efectividad de regulación en torno a ESG a nivel latinoamericano y global. En un mundo tan interconectado e interdependiente es fundamental que se avance de manera conjunta y multilateral, de otra forma sucede lo que hemos visto en campos como anticorrupción, privacidad de datos o libre competencia, en que algunas jurisdicciones son muy rigurosas y otras muy laxas, lo que impide tener una “cancha nivelada y justa” para hacer negocios.
En este mundo tan polarizado, ¿Qué se puede hacer para avanzar en un camino de colaboración ética?
La polarización está afectando profundamente a la causa de ESG. Esto se ve particularmente en Estados Unidos en donde incluso algunos estados han llegado a aprobar legislación contra el uso de criterios ESG en decisiones de inversión. El mismo CEO de BlackRock, considerado uno de los principales impulsores, dijo que “no va a usar más la palabra ESG porque ha sido mal utilizada por la extrema izquierda y la extrema derecha”.
Aunque es imposible negar su valor e impacto, evidentemente el marco ESG está lejos de ser perfecto. Incluso hay quienes no descartan que como acrónimo, sea reemplazado en el futuro. Sin embargo, lo verdaderamente relevante no es la marca “ESG”. Al final del día lo que debe unirnos y movilizarnos (independientemente de los rótulos) es el liderazgo ético. Difícilmente alguien podrá cuestionar que con más liderazgo ético tendremos mejores empresas, mejores instituciones y estaremos contribuyendo a una sociedad mejor. Leer más