SHOTCRETE A LA CHILENA ¿SIN NORMA CÓMO VAMOS A estandarizar especificaciones y controles en proyectos?
Tenemos en carpeta proyectos importantes de tunelería, tanto de minería como de infraestructura de transporte, muchos de estos proyectos consideran uso de hormigón proyectado o shotcrete. Hoy no existe una norma chilena de shotcrete que pueda estandarizar especificaciones y controles de los proyectos.
La NCh170-2016 Hormigón - Requisitos generales excluye de su alcance a hormigones especiales como el shotcrete, e indica: “Esta norma no establece requisitos específicos para aquellos hormigones que requieren diseños o tecnologías especiales, para los cuales puede ser necesario modificar y/o complementar una o más de las disposiciones contenidas en esta norma”. Es así como la aplicación de la NCh170-2016 al hormigón proyectado requiere complementos a través de las especificaciones técnicas o normativa europea o americana, que no necesariamente aborda la problemática local y por lo mismo no siempre generan consensos entre las distintas miradas profesionales para los requisitos y/o controles.
Hace algunos años el Instituto del cemento y el hormigón de Chile (ICH) impulsó una discusión en esta dirección, participaron distintos grupos profesionales de laboratorios, constructoras, organismos públicos, especificadores y proveedores; en una primera etapa se realizaron dos ediciones de la Guía Chilena del hormigón proyectado, en una segunda etapa se elaboraron los métodos de ensayos para toma de muestras, control de docilidad por el método de mesa de sacudidas y control de resistencias tempranas, sin embargo, la discusión se durmió por otras contingencias de la industria.
En cuanto a especificaciones es necesario definir dentro de los requisitos, las recomendaciones de granulometrías de los áridos y condiciones de durabilidad en base a la vida útil requerida. También se deben establecer requisitos para el acelerante, principalmente en cuanto a temperaturas de almacenamiento, contenido de cloruros cuando hay armadura y pérdidas máximas de resistencias a 28 días. Eventualmente, se deben considerar límites máximos de adición, por ejemplo, de microsílice, en base al tipo y cantidad de cemento a utilizar. Por último, para el uso de fibra, común en estos hormigones, hay que considerar y cuantificar la necesidad de mejorar la resistencia al impacto o controlar la fisuración, en ambos casos, deberían especificarse el tipo y dosis.
Así, tan importante como los requisitos de desempeño y componentes, son los controles por aplicar en las etapas de recepción del hormigón y de verificación de la proyección; iniciando con las pruebas de aptitud y la claridad de criterios de la aceptación de las mismas; sin embargo al no tener normativa transversal asociada, surge el problema del equipamiento de los laboratorios y la capacitación de laboratoristas, que deben realizar diferentes ensayos para cada proyecto, aumentando los costos de dichos controles y limitando las posibilidades de oferentes calificados de los ensayos especiales.
Algunos de los controles importantes a tener en cuenta en la etapa fresca del hormigón son docilidad, conteo de fibras, rebote y espesor, entre otros. Para la etapa inicial de desempeño, hay que considerar las resistencias tempranas, resistencias de reingreso (determinando la velocidad de avance de construcción). Finalmente, se deben determinar las resistencias a los 28 días a través de probetas moldeadas o testigos, ensayos de durabilidad y/o absorción de energía cuando aplica a la realidad local del proyecto. Muchos de los controles no necesariamente corresponden a ensayos certificados o de línea ofrecidos por los laboratorios.
Con esto, la propuesta es agrupar requisitos y controles de producción del hormigón, proyección y hormigón endurecido -garantizando desempeños- en una norma que recoja la necesidad y práctica nacional de modo de tener disponibles equipos, personal calificado y estándares claros. Leer más